Zombie Hoon [Sungsun]

20

Los padres de Sunoo habían aterrizado en Seúl. El pequeño corrió hacía ellos lleno de emoción y lágrimas en sus ojitos, no los veía desde hace mucho tiempo.

Jungwon y Jay lo veían a lo lejos, su padre lo cargaba y su madre besaba sus mejillas.

—Que lindo sería ser padres. —comentó Jay. Jungwon lo miró asustado.

—¿P-padres?

—No ahora. —rió y lo abrazó. —Tal vez después, aún somos jovenes ¿no?

—A-ah claro, por supuesto.

Sunoo les contaba todas sus aventuras de la escuela y la directora. También de su mejor y único amigo Park Sunghoon.

—¿Un amigo?

—Sí papi, es alto y me puede cargar y a mi mochila también, y come el triple que yo.

—Vaya.

Ambos adultos entendieron que Sunoo estaba hablando de un alfa puro. Jungwon escuchaba todo tranquilo sentado cerca.

—Jungwon te ha cuidado muy bien, mira que grande estás. —halagó su madre.

—Lo sé, pero Sunghoon es mucho más grande.

Ambos adultos rieron enternecidos por los ademanes que Sunoo hacía con sus bracitos.

—¿Te agrada mucho verdad?

—La verdad si. —jugó con sus deditos. —Siempre me da chocolates y me cuida.

—¿Chocolates? —cuestionó Jungwon.

—Sí, dijo que un amigo le dijo que me gustaban y que me diera.

Jungwon desvió su vista al alfa a su lado quien la desvio al florero de la mesa admirando el patrón.

—Vaya, ¿quién pudo haber sido? —dijo Jay al aire.

—Hablaremos de esto después, Jaycito. —entonó.

[...]

Al día siguiente, su madre lo llevó a la escuela, por suerte, se topó a Yoonha y Sunghoon. Así que les presumió a su madre orgulloso.

—¡Sunghoon!

El mencionado, que venía de la mano de su hermana, se giró al oir la voz de su amado y sonrió en grande al verlo. Luego miró con curiosidad a la mujer que lo acompañaba.

Sus cabellos tambien eran castaños como los de Sunoo, tenía sus ojos y la cara, y la piel muy blanca, igual a la de Sunoo.

—Oh, mira, ha de ser su madre. —dijo Yoonha caminando hacía ambos con Sunghoon tomado de la mano.

Sunoo brincó con emoción y empezó a hablar con su mejor amigo.

—Mira, Hoonie, ella es mi mami.

Sunghoon la volvió a mirar con curiosidad, la bella mujer le dio una gran sonrisa cargada de dulzura.

—Wow. —entonó.

—Tú debes ser Sunghoon.

—Un gusto. —extendió su mano embobado.

—¡Ay que lindo es! —la tomó enternecida.

Yoonha se mostró con aires de grandeza, ella lo había educado tan bien.

—¿T-tú eres su madre?

—Ah ¿yo? No no no, yo soy su hermana mayor.

—Oh, disculpa la confusión. —regresó a Sunghoon. —Sunnie me ha hablado muchas cosas sobre ti.

—¿E-en serio? —preguntó sorprendido.

—Claro, sí eres tan bonito como te describió.

Si no le dio un pequeño paro cardíaco fue porque Sunoo lo tomó de la mano alejandolo de su madre.

—Ouh, pequeño celoso, ya sé que él es tu amigo, pero es muy lindo.

—Es mio mami. —lo abrazó posesivamente.

—Me ganas por esta vez. Sunghoon, ¿quieres ir a comer galletas después de clase?

—¿Yo? —miró a su hermana.

Yoonha asintió.

—Claro que puede.

—Bien, es una cita entonces.

¿Sunoo estaba celoso? No pudo evitar formar una pequeña sonrisa identica a la de su hermana cuando se quedaba viendo a su actor favorito.

Sunoo frunció el ceño cuando su mamá dijo burlonamente cita. Le diría a su padre.

Ambos entraron a la escuela, Sunghoon seguía en su pequeña nube imaginandose a Sunoo apartandolo de cada persona y abrazandolo de esa forma siempre. Suspiró.

—Mi mami no te ganó ¿verdad?

—Ah, ella es muy linda.

Sunoo bufó y se cruzó de brazos.

—Pero no más que tú. —agregó de inmediato.

Sunoo asintió satisfecho.

—Sólo yo te daré galletas. —veía a todos lados.

—¿Y tu mami?

—No, ella no, sólo yo.

—Bueno.

[...]

Yoonha entabló una pequeña conversación con la madre de Sunoo antes de correr a la escuela.

—Nunca la había visto antes.

—Oh, nuestro trabajo es difícil, pasamos varios años en la selva.

—¿Qué hacen en sí? —preguntó curiosa.

—Umh, protegemos animales, los llevamos a reservas naturales y los cuidamos, es un trabajo muy absorbente.

—Ooh, no había oído eso, ¿en qué organización estan? Mi madre podría apoyarla con gusto, le gustan esas cosas.

—¿Organización? Ah si, eso... No tenemos una, somos independientes y tampoco nos gusta aceptar dinero, pero muchas gracias.

—Bueno, es una pena.