Capítulo 4

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Un Callum estudioso.

Hace frío, de hecho hace mucho frío y la única opción que encuentro que podría ser capaz de calentarme el cuerpo es tomar un baño con agua caliente.

O hirviendo.

Voy al baño, el cual es bastante pequeño con solamente lo justo y necesario y tomo una toalla de debajo del mueble del agua donde se encuentran algunos productos como pasta dental, desodorantes, entre otros...

Me acerco al grifo de agua caliente, y lo abro al máximo.

Literalmente al máximo y sí, no pienso usar en lo más mínimo agua fría para regularlo.

Era en serio lo de usar agua caliente, verdaderamente me estoy muriendo de frío. ¡Incluso me cuesta mover los dedos a este punto!

A lo mejor se me caen y todo...

...bueno, quizá soy un poco exagerada pero, ¡Sí hace frío!

Me desvisto rápidamente y sin perder tiempo me meto bajo el agua.

Al principio me quema, sí, pero luego ya es algo relajante.

Cierro los ojos dejando caer el agua por mi cuerpo unos minutos hasta que me siento a gusto y decido que ya es tiempo de lavarme el cabello, solamente que cuando estiro mi mano hacía el estante en la pared...

No hay shampoo.

¿Y ahora?

Pues, a gritar.

Buena idea.

-¡Callum!- no contesta- ¡Callum! ¡Cal!
Al tercer llamado escucho su voz a través de la puerta.

-Mejor que tengas una buena razón para despertarme- su voz aún suena ronca y con rasgos de sueño.

-¿Me podrías pasar un pote de shampoo?- le pido recordando que anoche salió a comprar y dejó todo en las bolsas sobre la mesada.

-¿Te estás bañando?

-Sí.

-¿Y quieres que te pase algo?

-Sí.

-¿Quieres que entre?

-Sí.

-Me parece una buena razón-el tono agotado que tenía hace un segundo desaparece por completo de un momento a otro.

Escucho que abre la puerta del baño y que entra sin más así como también puedo escuchar como abre la pequeña puerta del mueble que yo había abierto tiempo antes sacando de ahí la toalla.

Cuando está cerrándola de nuevo yo decido hablar.

-Pásalo sin mirar.

-Que aburrida, Bea.

-Cal...

-Ten- siento que su mano golpea contra la cortina ligeramente y ahí es cuando me asomo con cuidado.

Lo repaso rápidamente, tiene su cabeza tirada hacia el otro lado claramente no mirando hacia donde yo estoy lo que me saca una sonrisa mientras tomo el pote de su mano y lo meto dentro de la ducha conmigo.

-Ya puedes irte, gracias- digo poniendo parte del contenido en mi mano.

-¿Segura?

-Sí, Cal- giro mis ojos y un momento después lo escucho alejarse.

Cuando escucho la puerta nuevamente cerrarse continúo bañándome y haciendo espuma en mi cabello naranja hasta que quince minutos más tarde salgo calentita y con una toalla blanca enrollada alrededor de mi cuerpo.

El Destino De Lo Imposible ✓Where stories live. Discover now