Epílogo

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Cuatro años más tarde...

Callum ha continuado con su trabajo como fotógrafo en la industria y no ha hecho más que escalar cada vez más alto, convirtiéndose así también el fotógrafo de modelos de primer nivel en Nueva York, a dónde ha tenido que viajar por unas semanas y ha vuelto hace tan solo unos días.

Yo he terminado mi carrera, Callum se ha ocupado de que tenga suficiente tiempo para ello, así como de que tenga tiempo de trabajar.

Al día de hoy estoy estoy creando mi primer videojuego, y si bien no estoy segura de terminarlo hasta dentro de unos meses sé que el resultado final será perfecto y tal como me lo espero.

En cuanto a nuestra vivienda, no hemos tenido que mudarnos, la habitación vacía que Sam ocupaba en el pasado nos ha servido y ahora se encuentra llena de juguetes y diversidad de accesorios para niños.

Aún así, estamos seguros de que dentro de unos años tendremos que mudarnos, puesto que dentro de la misma habitación, sobre la alfombra de goma de colores se encuentran nuestros mellizos a punto de comenzar una pelea por quién toma primero al gato anaranjado.

Caprichitos se encuentra gigante y ya es completamente un adulto, aún así sigue maullando y pidiendo caricias a cada momento.

No creímos que tendríamos mellizos. La noticia fue tan inesperada tanto como nosotros como para nuestra familias, y si bien al principio nos preocupamos por ello al ser padres primerizos, toda duda desapareció al momento de verles el rostro por primera vez.

Sus rostros no se comparan a los de aquella vez, ahora tienen tres años y sus facciones se encuentran más definidas que aquella vez.

Abigail, Abbi es nuestra niña y es la mayor de los dos. Tiene un carácter fuerte, sin embargo carga la personalidad de su padre, le encantan los abrazos y no le gusta llevar el cabello suelto, por lo que siempre me pide que le haga trenzas en su cabello, el cual es de un tono de rojo precioso con el que puedo presumir que la genética de mujeres pelirrojas en nuestra familia continúa.

En cuanto la generación de ojos azules y celestes... esta si se ha terminado, ya que ambos niños han sacado los ojos de Callum, marrones.

Dean es nuestro niño y el menor, tiene el cabello rubio y si bien físicamente se parece demasiado a Callum, tiene mi nariz y su personalidad se parece más a la mía, aún así, el suele ser quien comienza las peleas con su hermana, a quien parece que le encanta molestar como pasatiempo.

Veo como Callum que se encuentra sentado de flor de loto con ellos cuando toma el juguete primero y busca una solución mientras yo lo observo desde el marco de la puerta sin que él lo note.

Cuando le da a Caprichitos a Dean, y Abbi empieza formar un puchero con su labio inferior el cual comienza a temblar.

Ese es el momento en el que intervengo, entrando a la habitación y tomando de uno de los baúles un auto azul antes de tomar asiento con los tres.

-¿Cómo has hecho para controlarlos durante una semana y media sola, intrusa?- Callum me pregunta al observar como Abigail se ve cada vez más sonriente ante el juguete con el que intento convencerla de jugar un rato.

Su hermano se encuentra alegre en su propio mundo con el gato que le ganó, como a menudo suele hacerlo. A veces tengo la impresión de que en su adolescencia será tan cerrado como yo lo fui en algún punto.

-Será que soy más inteligente- me encojo de hombros burlona.

Abbi toma el juguete y cuando vuelvo a levantar la mirada hacia Callum veo que de manera dismulada se encuentra haciéndome un gesto con la mano.

El Destino De Lo Imposible ✓Where stories live. Discover now