Capítulo 12

1.3K 112 31
                                    

Folio.

Nuestras bocas se encuentran unidas dándose caricias la una a la otra, incluso cuando los dientes de Callum muerden ligeramente mi labio inferior al mismo tiempo que una de sus manos acaricia mi cuerpo con cuidado, como si lo estuviera esculpiendo.

—¿Lo harás?— Callum me pregunta alejándose apenas por un momento , y ahí es cuando me doy cuenta de lo que hace.

—¿Me estás sobornando?

—No lo sé, ¿Funciona? ¿Lo harás?

Sus labios vuelven a los míos por un momento corto hasta que se vuelve a separar y se queda así, solamente mirándome a los ojos y esperando una respuesta con una ilusión notable en su rostro.

No puedo negarme, no puedo decirle que no, y menos si me mira de tal manera.

—Bien, seré tu modelo.

La sonrisa que se le forma en el rostro lo ilumina por completo y eso me hace sonreír e incluso reír ante la sensación de estar formando parte de su felicidad.

—Vístete que nos vamos ya, intrusa— se levanta rápidamente de la cama, se dirige a su armario, lo abre y comienza a buscar ropa en los cajones del mismo.

—¿Ya?— él asiente— Pero es temprano y anoche no dormimos mucho, todavía tengo sueño.

—Hace unos minutos no parecía lo mismo— se gira con una sonrisa pícara en el rostro hacia mí nuevamente.

—Cal...

—Bea...—me burla.

Termino girando mis ojos, suspirando y tomando la sábana para cubrirme el pecho mientras me estiro hacia el piso, aún sentada sobre la cama con la intención de alcanzar alguna ropa, sin embargo él la toma primero y yo frunzo mi ceño cuando estiro mi brazo para alcanzarla y él no parece tener intenciones de dármelo.

—¿La quieres?

— Pues si, por eso te la pido- respondo de malas.

—¿Y si me la pides de otra manera? A lo mejor me convences.

—O a lo mejor te doy una patada, te la quito y me voy corriendo.

—Ya, ya entendí señorita empatía— gira los ojos y me la alcanza.

—Deberías agradecer que esté pensando en levantarme temprano por ti, son como las siete de la mañana, ¿Te das cuenta del horario retorcido en el que estamos?

— No estamos en ningún horario retorcido, la mayoría de la gente que trabaja o que estudia se despierta a este horario— frunce su ceño aún parado frente a mí .

— Si, y yo no estudio hace un año ya. Yo debería estar disfrutando de mi libertad, pero no.

—¿Cómo puedes tener diecinueve años y ser tan amargada?

—¿Cómo puedes tener veintiuno y ser tan alegre?— contraataco — ¿No se supone que a esa edad ya deberías de estar protestando de la vida y esas cosas?

—Soy un chico alegre— se encoge de hombros en respuesta.

—No me había dado cuenta— le digo sarcásticamente, a lo que él me responde con claro, una sonrisa ancha en su rostro antes de acercarse a dejarme un corto beso en los labios que le respondo.

—¿Qué me tengo que poner?

—Nada demasiado formal, de hecho quiero algo natural.

—¿Natural de qué manera?

Él se encoge de hombros.

— Lo que sea natural para ti está bien.

Me levanto con su remera puesta y él se sienta donde yo estaba antes muy expectante.

El Destino De Lo Imposible ✓Where stories live. Discover now