— Si, no creo que te pase nada por el camino.

—¿Y si me pasa? ¿Y si me secuestran? Yo digo que es mejor que me acompañes para...— se lo piensa—... para más seguridad.

Sam trata de tapar una carcajada a su lado mientras yo giro los ojos y suelto a Cassie para acercarme a Callum no sin antes dirigirme a los hermanos amargados.

—Vayan viendo las cosas y seleccionandolas.

Cassie asiente sonriendo a boca cerrada mientras Sam me mira por las cejas elevadas porque bueno, él no está del todo conforme con gastar dinero por solamente unos días.

Con Callum nos encaminamos hacia el frente de la tienda donde se encuentran los carritos, y mientras lo hacemos él rodea mis hombros con uno de sus brazos, acercándome así más a él.

—¿Sabes? A mí tampoco me interesaban mucho los preparativos y tal de navidad, pero verte tan sonriente me está haciendo cambiar de opinión.

—¿Si?— levanto mi rostro para verlo, él asiente.

Continuamos caminando, tomamos el carrito y volvemos de la misma forma cuando vemos a Sam con cara de espanto y a Cassie con cara de felicidad y los brazos repletos de bolitas de colores para el árbol.

—Estás loca— Sam le dice negando y llevándose la mano a la frente, yo le golpeo la nuca sonoramente ante el comentario y él me mira extrañado, sin embargo yo me acerco a Cassie imitando su energía.

—Te ayudo— tomo la mitad de las cosas y con cuidado comenzamos a ponerlas dentro del carrito

Pasamos así los próximos veinte minutos, los chicos preguntando interminables e incontables veces "¿No van demasiadas decoraciones?" y nosotras metiendo más y más hasta que el carrito se encuentra completamente lleno.

Cuando llegamos a la caja el valor es muy alto y decidimos separarlo entre cuatro para así poder pagarlo todo de una manera más accesible.

Los chicos salen y esperan en la calle con las bolsas mientras yo vuelvo a entrar al lugar para comprar un regalo de Navidad para Cassie, de hecho nunca nos regalamos nada. Jamás, por la misma razón de que nunca nos hemos llevado bien. El de ella es el único regalo que me falta, ya que me encargué de comprar unos anteriormente para los chicos.

Este año será algo parecido a una ofrenda de paz.

Me dirijo hacia el área de maquillajes, a ella le gustan los maquillajes, en realidad le encantan, suele hacer maquillajes artísticos muy elaborados que incluso son capaces de tomarle horas y siempre le quedan perfectos.

Miro las estanterías y encuentro miles de brochas que no sé para que sirven y que supongo ella tendrá, de hecho las he visto una que otra vez rondando por su casa.

Bueno, eso definitivamente no.

—¿Qué haces?— la voz de Callum me asusta por detrás y doy un salto.

—¿Ahora? Tratar de calmar mi corazón por tu culpa— le digo frunciendo mi ceño mientras me doy la vuelta y llevo mi mano a mi pecho.

—¿Dices que te acelero el corazón, intrusa?— él eleva las cejas divertido.

— Por el susto, no te creas otra cosa que muy imaginativo eres tú ya.

—Claro— se ríe— voy a hacer de cuenta que te creo.

Me lo quedo mirando un segundo sin darme cuenta hasta que él se acerca aún más a mí y vuelve a hablar.

—¿Qué haces?

— Quiero comprarle un regalo a Cassie.

—Ah.

—¿Ah?

El Destino De Lo Imposible ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora