Castigo Eterno

Prólogo

"¿Cuál crees que debería ser tu castigo?"—preguntó una voz en alguna parte de aquel oscuro bosque.

Un chico con ropa de general manchada de la sangre de enemigos e inocentes y una espada carmesí en sus manos, se encontraba arrodillado en el suelo.

—La muerte—contestó el chico en un susurro.

"¿Crees que con morir y olvidar todo lo que causaste con tus propias manos, sea suficiente castigo?"

—No lo sé.—tenía la vista perdida en algún punto del suelo.

Hubo silencio entre los dos. Se escuchó el leve silbido del viento.

"¿Por qué peleas?"—preguntó de repente. Quería conocerlo para poder saber cuál sería su castigo.

—Por nada. Hace mucho tiempo perdí mi motivo.

"Dime qué sentido tiene tu vida"

—Ninguno. Hace años ya cumplí lo que quería, pero aún así seguí matando sin control y fui controlado por los demás.—el jóven observó al frente donde se suponía que se encontraba la voz con la que hablaba—Como castigo, preferiría la muerte, así no lastimaré a más nadie con esta espada bajo este estúpido juramento.

"Entonces viviste toda tu vida por venganza"

—Sí.

"Ya sé que castigo te daré, vivirás la misma cantidad de años que las de las personas que mataste y sus futuras generaciones que interrumpiste, vivirás en un mundo donde el reloj deje de andar, vivirás viendo a todos tus enemigos envejecer y morir, pero tú no. Con esta maldición sabrás cuál es el peor castigo. El castigo eterno"

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