Capítulo VII

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"Él es como el té de graviole, por eso es mi favorito"

-Rosmane-

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—¡Princesa!—gritó desesperada y casi sin aliento su sirvienta personal—¡Por favor princesa, no corra!

Se escuchaba la risa de una joven en el gran jardín. Era un día soleado y bastante agradable como para pasear. La princesa estaba corriendo de entre los arbustos y su sirvienta detrás de ella. Rosmane ya podía sonreír y se sentía mucho más libre que antes. Ya habían pasado ocho años desde el incidente del secuestro. Cuando despertó se dio cuenta que no solo estaba curada del veneno, sino también de su enfermedad crónica. Todos estaban sorprendidos por su recuperación. Ella no recuerda nada de lo que pasó en la habitación mientras trataba de sobrevivir. Pero sí de que le había pedido a su enmascarado que la acompañara hasta el final y del beso que le dio en la frente mientras dormía. Además, Tau le había concedido un poder, el de sanar heridas. ¿Con qué finalidad? No se sabe. Pero si lo hizo ella porque quiso entonces había que tenerlo en cuenta.

—¡Princesa, por favor!

Rosmane se detuvo ante la suplica constante de su criada.

—Perdón Giaret, no te escuché—dijo sonriendo.

—Señorita, podrá engañar a medio mundo pero yo estuve con usted sirviéndole demasiado tiempo como para ya saber cuando miente. Su hermano le prohibió correr de esa forma.

Rosmane se rió ante lo que dijo. Giaret y ella tenían un vínculo especial. Fue su sirvienta desde niña y la trataba como si fuera su hija. Aunque ella ya estaba curada, su hermano le prohibió correr porque tiene miedo de que su enfermedad volviera. También salir del Palacio por lo que sucedió hace años. Ella sabía que el responsable de ese día era el conde Lincoln pero no podían arrestarlo sin pruebas y eso era exactamente lo que buscaba.

—Está bien Giaret. Solo quería estirar las piernas.

La princesa se dirigió hacia la entrada al palacio. Se adentró en los grandes pasillos hasta que la Jefa de criadas la interceptó. Hizo una reverencia.

—Su Majestad, el príncipe desea verla en este instante.

Se dirigió al salón del té y lo encontró sentado con una taza de té en su mano. Había cambiado bastante en estos años. Su cabello había crecido un poco más y ya tenía porte de todo un adulto, y próximamente, un rey.

Cuando la vio le sonrió de forma cálida.

—Hola hermano—mencionó Rosmane con una sonrisa y se sentó en el asiento de enfrente.

—Buenos días, hermanita.

—Pronto cumpliré 16, y aún sigues diciéndome "hermanita".

—Porque para mí, aunque tengas 60 años, seguirás siendo mi hermanita querida—su sonrisa inocente la contagió, no podía pelear ni discutir con él. Siempre le dice algo que le conmueve.

—Bueno, y dime, para qué solicitaste mi presencia de forma inmediata.

—Por esa misma razón. Pronto cumplirás 16 y mamá y papá planean hacer una fiesta grande por eso. Además, también quieren que sea tu fiesta de debut en la sociedad.

La fiesta de debut en la sociedad. Una fiesta que cada noble de la sociedad organiza y así se daría su debut en ella. Es una paso de niña a mujer. También, esto le permite participar en otras fiestas de otros nobles. Y así todo el reino de Mondtau conocerá oficialmente a la princesa Rosmane. Eso alegró a la princesa.

Castigo Eterno Where stories live. Discover now