Estoy enamorada de alguien que no existe; sin embargo, encuentro un poco de él en cada persona que se ha cruzado en mi vida.
Un hombre alto con la sonrisa más bella que la humanidad haya visto, pero con la humildad y el amor brillando en sus ojos.
Una persona con alto temple, un grado de inteligencia exquisita, de esos sabelotodo que da gustos escuchar porque tiene una particular forma de enseñar.
Loco de amor por mí.
Y lo que más me gusta de él, es que con él, siento que merezco todo el amor que me da.
Me siento segura, de crecer como yo quiera sin la necesidad de protegerme de algo. No debo pensar si él sería capaz de traicionarme, porque la respuesta perpetua será: No.
A él, estaría dispuesta a entregarle todo; por verlo feliz. Porque sintiera un poco de lo que él me provoca.
Pero recalco, he encontrado de él muchas cosas en otras personas; en un hombre esa sonrisa deslumbrante, pero sin humildad aparente en su vida. En un rincón del mundo pude ver esos ojos de humildad y amor, pero su amor no era para mí. Sentí uno de esos abrazos reconfortantes de brazos fuertes y grandes, pero no lograron calentarme el corazón. Y sobre todo, encontré alguien que pudo ofrecerme un toque del amor que el imaginario amor me da. Tuve que rechazarle, porque a pesar de que es lo que sueño tener, aún no me siento segura, no puedo evitar no sentirme merecedora de ese amor.
Llegue a la conclusión, que mi amor se quedará como un deseo nada más. Quizás sea culpa de los mil libros de amor que leí, que me hicieron creer que el amor perfecto podría existir. No lo existe.
Solo queda sentarme y sentir como no tendré amor en esta vida. Quizás puedo sobrevivir con el dolor de la soledad; quizás seré como la eterna viuda, aquella que a temprana edad pierde a su amado, y a cambio de su amor, da su vida, sin amar a nadie nuevamente.
