Nada

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Lo entendí.
Nunca fui nada.

Solamente fui es deseo absurdo que jamás te quitaste de encima. Esas ganas inmensas de algo que al final ni siquiera quieres. Fui comida para alguien que parecía hambriento pero solamente era gula.

Me sentí culpable de algo que ni siquiera era mi culpa; ¿una santa? Claro que no, pero ¿qué se hace cuando hasta cuando te aman eres solo un objeto de obsesión?

Un pago basta, genuina idea. Mi amor no tiene un precio. Con felicidad material momentánea nadie logrará por fin cautivarme.

Me dices que me amas, pero no soy nada, me dices que me amas y hasta llego a creerlo, pero me quieres en tu lecho, para saciar tu hambre aún sabiendo que yo deje de sentirla. Me dices que me amas pero tienes la cadena, y como todo perro que nunca tuvo amo, simplemente me alejo de las cadenas; porque el amo puede saciar mi hambre pero a cambio, le debo mi libertad y lealtad.

No soy nada, no soy nadie.
Sigo sin tener mi lugar, porque soy nómada de la vida, no soy, no pertenezco.

Y perdóname por mi orgullo, pero me llena más que el amor falso; prefiero al más valiente capaz de pedirme lo que quiere de frente, que aquel que cobarde que finge amarme para tenerme.

M

Dulce infiernoWhere stories live. Discover now