La lucha

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Lucho tanto por no estar sola. No hay nada que odie más que la soledad.
Odio sentirme vacia, odio no tener alguien a quien sonreirle, odio sentir que puede pasarme algo maravilloso y no tener a quien contárselo. Odio guardar mis miedos y mis palabras en mi alma porque no hay alguien con quien desahogarme. Odio recordar algo chistoso y que no haya a quien contárselo.

Odio que estés justo allí, enfrente. Y sentirte lejos.
Pero... Me he acostumbrado. Puedo ír por la calle sin tener una mano que tomar, me he acostumbrado a reirme de mis chistes propios, me he acostumbrado a desahogarme en un espejo. Porque siempre he estado sola, sólo que nunca quise aceptarlo, y siempre estaré sola, porque no pienso buscar nunca más la atención de nadie.

Dulce infiernoKde žijí příběhy. Začni objevovat