Capítulo 15

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Notita:
Me veo obligada a advertir que este es uno de los capítulos más fuertes hasta ahora así que son libres de no leer si lo desean. Habrá un resumen al final. Si desean continuar, pues adelante.

     Viernes, 28 de julio del 2017.

     ─Dijiste que no te ibas a echar para atrás con esto, Ransy.

     ─¡Eso fue antes de ponerlo en perspectiva, Gerson! ¡Me estás pidiendo que te ayude a matar a alguien! ¡Dios mío Santo! ─enterró ambas manos en sus rizos rubios, estaba hiperventilando.

     ─Da respiraciones profundas y calmadas si no quieres desmayarte. Tú no vas a matarlo, su sangre estará en mis manos, no en las tuyas. Tu solo tienes que, arrollarlo. ─añadió a lo último un gesto con su mano como si ésta fuese un auto.

     ─¡No voy a atropellar a nadie! ─su posición era firme y nada lo convencería de lo contrario.

     ─¿Ni siquiera por mí? ─inquirió haciendo un puchero. El rubio dudó un instante al ver los ojos de cachorro del pelinegro. Pero solo fue eso, un instante.

     ─¡NO! ─gritó cerrando sus ojos con fuerza y dándole la espalda al que consideraba su mejor amigo.

     ─De acuerdo, tu ganas ─le dio la espalda también y se alejó de él, para volver con algo que sacó del librero de la esquina de su habitación. Se sentó al borde de la cama─. No soy de sacar las deudas que otros tienen conmigo a la luz pero me obligaste a hacerlo. Mírame ─el más bajo seguía de espaldas a él─ ¡RANSOM VOLTEA A VERME, CARAJO! ─el nombrado dio un respingo y se giró para mirarlo directo a los ojos. Solo vio un océano repleto de oscuridad─. Así está mejor. Acércate ─le dijo ahora, con un tono dulce─ ¿Recuerdas este día? ─le mostró la foto que había sacado del librero.

     Eran ellos dos, con un edificio gris y cilíndrico a sus espaldas. Estaban nada más y nada menos que frente al Reactor Nuclear RV-1. Habían ido para documentarse acerca de las investigaciones que hacían en el lugar, dado a que ese reactor era parte del Instituto de Investigaciones Científicas.

     ─Ese día fuimos a  para ir recolectando material que nos podría servir en nuestra tesis.

     ─Así es, Ransy, ¡bravo! Lo recordaste. Pero que no se te olvide lo más importante. Yo te salvé ese día. Probablemente te salvé de padecer algún tipo de enfermedad horrible por la fuga radioactiva que casualmente ocurrió ese día. Yo tenía diecisiete, tú tenías veinte, tal vez seguirías vivo ahora con una anemia aplástica o algún tumor en los pulmones de no ser ¡por mí! ─se levantó de la cama y quedaron frente a frente, los diez centímetros que le sacaba a Ransom no se habían notado tanto hasta ahora.

     »Ese día dijiste que estabas en deuda conmigo. Pues ahora, amigo mío, ha llegado el día en el que tengo que cobrarte esa deuda. ─comenzó a reír descontroladamente. Ransom lo veía completamente fuera de sí. No lo había

visto así desde que habían dado la noticia de que se le habían ido los frenos del auto al profesor que le gustaba reprobar a sus alumnos. Desde aquella vez no había escuchado esa risa maniática.

     Por un momento deseó que todo eso no fuese más que una burda y retorcida pesadilla. Pero sabía que no era un producto de su imaginación. Es más, silenciosamente le pedía a Dios que fuera una clase de alucinación y que nada de eso le estuviese pasando en verdad. Pero ahí estaba, viendo como aquel chico que solo le daba una cara seria o una sonrisa ladeada con comentarios sarcásticos se había desvanecido, dejando ver a un hombre que le miraba con los ojos bien abiertos y una sonrisa enorme que parecía pintada en su cara. El hombre que siempre fue y estuvo destinado a ser, y tuvieron que pasar años y llegar a hasta ese momento para que él pudiese verlo con claridad. El pelinegro le miró con fijeza, ladeó la cabeza, como estudiándolo. Se volvió a sentar en la cama, apoyando su peso en sus manos. Entonces habló.

No Estamos Locos, Somos Más Que EsoWhere stories live. Discover now