12

3.7K 404 16
                                    

SEAN

El desconsolado llanto de Dalia me trae devuelta a la realidad. Ian trata de tranquilizarla mientras yo colocó el volumen de los parlantes del televisor en máximo.

La batería de los audífonos con bloqueador de sonido había fallecido desde aproximadamente unos diez minutos, mientras la tormenta seguía en su apogeo, la tranquilidad que logramos mantener en Dalia no había durado mucho más, con la llegada de un fuerte trueno se volvió a alterar.

Los pequeños audífonos de cable de Ian no habían resultado tan eficaces, más aún cuando le resultaban incómodos a Dalia. Esta situación, definitivamente era un llamado de atención para conseguirle a Dalia sus propios audífonos con bloqueador de sonido.

Un nuevo trueno se aproxima cuando volteo a verlos, la cara de Dalia se encontraba encogida, sus orejas rojas y sus mejillas húmedas con cierto rubor idéntico al de sus orejas, sus ojos enchumbados de lágrimas.

Sin encontrar consuelo alguno se aferraba a Ian. El trata de tranquilizarla, pero ahora no lo logra.

Permaneciendo de pie los observo, tratando de hacer que mi cerebro trabaje a mil por hora, no consigo formular ninguna idea para tranquilizar a Dalia. No había querido aceptar el biberón, lo cual hizo que Ian y yo nos viéramos a los ojos. .-"Tal vez no esté lo suficientemente cómoda"-. replico. Estoy consiente del deseo de Ian de poder traer a nuestras vidas una little, pero el hecho de que Dalia no quisiera aceptar dicho artefacto, sabia que destruía sus esperanzas de que en algún momento ella se pudiera volver en lo que tanto anhelaba él.

"Pásame la manta, por favor" Ian pide. Mi cerebro inmediatamente detiene cada uno de mis pensamientos, la manta de Dalia. No controlo mis piernas al bajar las escaleras, tampoco cuando camino hacia el lavandero, tres minutos es lo que falta para que la secadora finalice su ciclo de secado.

Tomó la manta en mis manos, cálido y acogedor. "Dalia" llamo a la llorosa jovencita, ella aun recostada en el hombro de Ian dirigir su vista hacia mi, frescas lágrimas continuan cayendo por sus mejillas, al menos tengo su atención.

"Mira" señaló la manta que ha traído consigo desde que llego. Arropándola con está observo como una de sus manos toma en puño una de las esquinas de la manta. Como si esto fuera una forma para evitar que esta le sea quitada de nuevo. -Un intento más-. pienso tomando de nuevo el biberón, sí lo vuelve a rechazar no volveré a insistir. Lentamente y sin decir ninguna palabra acerco lo suficiente la tetina a los labios de Dalia, ella eleva los ojos a Ian, esperando algo.

"Abre la boquita, conejita" instantáneamente después de las palabras de él, ella despega un poco sus labios permitiendo que introdujera la parte superior del biberón. Tardó unos segundos en comenzar a succionar, poco a poco sus labios se movían mientras sus cachetes se encogían, tomando del contenido del biberón. Al llegar a la mitad del liquido sus ojos empezaron a parpadear lentamente, indicando la llegada inminente de las consecuencias del cansancio. Aún con sus ojos cerrados, seguía succionando la tetina. Ian estaba extasiado viéndola y a decir verdad yo también. 

[...]

Observando el reloj de mi celular achico los ojos, cuatro quince de la mañana. Hace exactamente una hora había logrado separar a Dalia de Ian, quien a pesar de haberse dormido no deseaba separarse de este.

Ella aún se encontraba en nuestra habitación, concretamente en el medio de nuestra cama. Ian de un lado de esta y yo exactamente en el otro lado. La tormenta eléctrica había disminuido lentamente, ahora lo único que quedaba era pura lluvia, cantaros de ella. Dalia no había estado mucho tiempo dormida, ahora permanece con los ojos abiertos de par en par, dado a sus facciones y el hecho de haber permanecido tanto tiempo llorando asumo que se encuentra cansada, sin embargo, no logra encontrar la relajación necesaria para dormir volver a dormir.

El rítmico movimiento de Ian en las fibras enmarañadas de su cabello proporcionan un poco de confort, pero no el necesario, sus ojos caen un poco e inmediatamente vuelven a subir alertas al entorno, algo debe de estar ocurriendo para que no se esté permitiendo dormir. ¿Cómo podríamos hacerla dormir de nuevo?

Manteniéndome sentado en la cama, trato de pensar; ya tiene su manta, ya no hay truenos que la sustenten, incluso Ian la mantiene acurrucada en sus brazos.

Dalia sigue mis movimientos cuando me levanto de la cama, Ian se mantiene profundamente concentrado en su cabello... debemos llevarla a la peluquería.

Tomando el biberón, bajo las escaleras por décima vez, me tomo mi tiempo en calentar nuevamente otro sabor de suplemento, manteniendo en mente el factor de que Dalia había logrado dormitar un rato después de tomar del biberón, tal vez otro lograse el mismo objetivo. Dalia paso gran parte de la noche llorando, su garganta y su estómago deben estar enfurecidos, apesara del liquido ofrecido, ya habían pasado varias horas. Espero que esto sea el factor clave para que se permita descansar después de tales alteraciones. Machacando media pastilla de melatonina, la coloco en el biberón, colocando la tapa agito el liquido arriba y abajo. Dalia tenía que dormir. Nosotros también. Esto no le haría ningún daño.

Al volver a la habitación observo a Dalia, sus ojos están fuertemente rojos y sus facciones lucen cansadas, al principio la ayudo a sostener nuevamente el biberón, luego ella sola lo toma y yo me alejo esperando que termine de beber el contenido, ella tarda un poco en hacerlo, pero finalmente lo hace, el amanecer ya es visible cuando cae dormida, agotada por los acontecimientos de la noche. Ian y Yo somos los siguientes a ella.

Todos nos encontramos agotados.

Amarte, Dalia.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ