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Era ella. Esa mujer sí que era mi abuela.

Su mirada me lo demostraba, ojos ojos castaños que me miraban como si fuera una joya, como ella me llamaba.

Esa sonrisa tan cálida que me hacía olvidar todo lo malo.

Su mano en mi mejilla que ahora me daba caricias, eran como recordaba, tan dulces y suaves por la crema.

Era ella.

Estaba aquí después de tantas cosas.

Pero no era ella en sí, era su alma, su recuerdo.

─ L-lo siento t-tanto ─ dije con otra lágrima cayendo.

─ No, cariño ¿Por qué lo sientes? No tienes nada que lamentar ─ me dijo con su tono de voz tan suave, acogiendo mi rostro con su otra mano.

─ T-todo este tiempo p-pensando que me habías d-dejado, cuando...c-cuando en realidad Aro t-te...te...

Incapaz de decir la última palabra dejé salir todas las lágrimas. Enseguida mi abuela me recibió entre sus brazos consolandome, unos segundos después otros brazos me rodearon por detrás, Seth me estaba abrazando también.

─ Es normal que pensaras eso, Gala. Tu padre te dejó con aquella mujer y yo no volví a pesar que te dije que lo haría. ─ separó nuestro abrazo y acunó mis mejillas. ─ Ahora ya sabes lo que pasó, una parte de todo. Estoy aquí a tu lado, ya es el momento de hablar de lo que pasó.

Asentí secándome las lágrimas. Mi abuela miró detrás mía hacia Seth.

─ Hola Seth ─ dijo con una simpática sonrisa.

Seth se sorprendió y se puso a mi lado.

─ ¿Me conoce? ─ preguntó señalándose a si mismo. La mujer se rió

─ Claro que lo hago muchacho, por mí estás aquí con Gala.

Los dos miramos sorprendidos a mi abuela. Se volvió a reír

─ Sentémonos. Hay que hablar de muchas cosas

Mi abuela nos cogió a los dos de la mano y caminamos hacia el centro del claro, nos sentamos entre las flores y ella suspiró.

─ Soy Eveleen, la abuela de Gala ─ se presentó a Seth tendiéndole la mano.

─ Seth ─ se presentó el moreno con su aniñada sonrisa, aún cuando mi abuela aparentemente ya le conocía.

─ Entonces...¿Qué quiere decir con que estoy con Gala por usted? ─ preguntó totalmente interesado, tenía los ojos abiertos y las cejas alzadas queriendo saberlo. Eveleen se rió dulcemente.

Me mordí levemente el labio al mirar a mi abuela. Adoraba tanto su risa... aún no entendía cómo era que estaba aquí conmigo si estaba muerta.

─ Sabía que mi nieta tendría una vida difícil ─ me miró ─ Hay tantas cosas de ti que ni tu padre ni yo entendíamos... después pasaron todas las cosas que te ocurrieron de niña, y luego que el estúpido de tu padre se marchara sin dejar siquiera una nota.

>> Mi hija había muerto en el parto, tu no tenías a tu madre, más bien estabas con esa arpía que no debería ni existir...Me preocupé por tí, mi joya, no queria que te quedaras sola, queria que tuvieras a alguien con quien estuvieras unida.

>> No me refiero a una unión por sangre o romántica, sino a una unión de fraternidad irrompible. Qué tuvieras a esa persona que diera igual lo que pasara estaría a tu lado.

Eveleen suspiró y miró a Seth con su sonrisa, cogió dulcemente por la barbilla al muchacho mirándole a los ojos y le picó la nariz.

─ Y entonces supe de tu existencia gracias a un sueño. Eras tan solo un nene pequeño que se reía y correteaba por todos lados, ahí supe que eras lo que mi Gala necesitaba. Alegría, diversión, cariño y confianza.

Sempiterno || °Carlisle Cullen° Where stories live. Discover now