Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola.
Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar relaciones tan íntimas, haciendo que esa soledad creciera hasta hacerla una chica fría y dura ante...
Creo que no pasaron más de unos cinco largos minutos cuando sentí la presencia de los Cullen fuera de la casa. Me moví lentamente llamando la atención de Bree.
─ Ya están aquí ─ avisé justo cuando abrían la puerta.
Bree se levantó rápidamente del sofá y miró atenta a la puerta. Cuando Esme y Aladar pasaron los primeros por la puerta del salón me levanté.
Por detrás de ellos pude ver como Carlisle corría, y tan solo unos segundos después salía corriendo de la casa con su maletin. Lo había cogido de su despacho y ahora se iba a tratar a Jacob. Al escuchar la puerta ser cerrada no tardé en querer seguirlo.
─ Me voy ─ avisé rápidamente. ─ Bree ya está puesta al tanto de varias cosas, tratadla bien.
Con una última mirada a la familia salí con prisa de la casa.
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Cuando llegué a casa de los Black me encontré con toda la manada esperando afuera junto con Billy. Me acerqué rápidamente al hombre que desprendía preocupación y le abracé con fuerzas, él al reconocerme me comespondió el abrazo.
─ Siento no haber podido venir antes ─ dile al separamos. Billy negó con la cabeza, como si no pasara nada.
─ Carlisle hace poco que ha llegado ─ me dice.
Suspiré y me levanté. Miré a todos notando que faltaba Sam, suponiendo que estaría dentro. Me acerqué a Seth y le abracé, no tardó en corresponderme.
Su abrazo fue fuerte y suspiró preocupado, acaricié su pelo y él escondió el rostro en mi cuello. Enseguida sus hombros se relajaron y su cuerpo se destensó.
Después de unos segundos rompimos el abrazo e hice lo mismo con toda la manada, así logrando que al menos sus cuerpos se relajaran
─ Estará bien, Jacob es fuente ─ dije en un tono suave.
Algunos me medio sonrieron, confiando en mis palabras, pero justo en aquel momento un gran grito se escuchó claramente. Todos miramos hacia la casa con caras más que preocupadas, Carlisle había comenzado y Jacob nos lo demostraba con sus gritos de dolor.
─ Gala...por favor, entra, seguro que tu presencia lo calmará un poco ─ me dijo Billy con pesar.
No dudé ni un solo segundo y entré con rapidez a la casa, fui hasta la habitacion del chico aún escuchando sus gritos de dolor, y al entrar el olor a lobo, sudor y frutos del bosque me llegó a la nariz fuertemente.
El primero en mirarme fue Sam, quién estaba de pie en una esquina de brazos cruzados, su ceño estaba fruncido al igual que sus labios y tenía la mandíbula apretada, seguramente por ver a uno de la manada en ese estado. Simplemente me asintió como "saludo" y volvió su vista a Jacob.
Seguí su mirada y posé mis ojos en el chico, tenia los ojos apretados con fuerza y la sudor acaparaba todo su cuerpo tenso. Al lado de él estaba el doctor, con rostro serio y miranda centrada mientras acomodaba los huesos de Jacob.
