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Tenia que decirlo.

Mis charlas con Paul no se quedaron en ese día.

Por muy extraño que me parezca, Paul tomó la rutina de venir por las tardes al lugar donde estaba con mi abuela, y pasábamos juntos las horas hasta que el sol desaparecía.

Hablábamos

Nos tumbábamos en la tierra.

Me subía a su lomo y el gran lobo corría por el bosque.

Nos reíamos.

Y sin darnos cuenta nos quedábamos en silencio mirándonos por un buen rato.

Los días se trataban de pasar la mañana con mi abuela, recoger a Seth y a Jacob para comer juntos, las tardes de vuelta con mi abuela, y las tardes-noches con Paul.

Y no podía estar más agusto con mi día a día.

Así pasé el mes entero.

Ya habían pasado dos meses desde la marcha de los Cullen, y orgullosa podía decir en voz alta que los había superado.

Seth alegraba mis días, las quejas de Jacob me divertían, el amor de mi abuela me llenaba por completo y...y Paul causaba cosas raras en mi día a día.

Y no era romántico.

Mi abuela tenía razón, no era nada sentimental. El corazón no saltaba cuando Paul se reía, ni me sonrojaba el que me mirase a los ojos...más bien... mi corazón saltaba cuando Paul me espachurraba entre sus músculos, y mis mejillas se sonrojaban cuando él se quitaba la camiseta.

Vamos...que era atracción, no romántica, sino física.

Y no era tonta, notaba los momentos tensos entre los dos. Sabia que Paul veía hacia donde miraban mis ojos, al igual que yo notaba donde miraba Paul.

Nos atraiamos.

Sobre mi don, poco a poco lo iba consiguiendo.

Todas las tardes conseguía tener ese picazón en los dedos, pero unos días lograba oler algo diferente, en otro podía sentir, otro día podía tocar, pero en ninguna vez pude hacerlo todo a la vez.

Eveleen decía que las cosas tenían que ir paso a paso, que no podia pedirle a mi don que funcionara de una cuando ni yo misma podia controlarlo.

Pero bueno, ya era algo. Ahora ya sabía ver lo que quería de la persona que quisiera, ya podía controlar esa parte tranquilamente.

Así que íbamos bien.

Hoy, como todos los días, después de las prácticas con mi abuela, Paul llegaba y pasábamos tiempo juntos

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Hoy, como todos los días, después de las prácticas con mi abuela, Paul llegaba y pasábamos tiempo juntos.

Estábamos teniendo un buen rato, íbamos paseando por el bosque en silencio. Extrañamente, pasábamos mucho rato sin hablar, pero eso nos reconfortaba a los dos.

Sempiterno || °Carlisle Cullen° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora