Sempiterno || °Carlisle Cullen°

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Todo el camino de vuelta a la casa de los Black fue en silencio. Jacob y Paul no me contestaban a la pregunta de saber a quién tenía que conocer, así que me tocó ser paciente y esperar a llegar.

Cuando lo hicimos los dos chicos se dieron una corta mirada de reojo antes de Jacob abrir la puerta, causándome más curiosidad.

─ ¿Jake, eres tu? ─ fue lo primero que escuchamos.

Billy estaba a unos pasos de la puerta, había venido rápidamente cuando la escuchó abrirse. Le vi suspirar de alivio cuando vio a su hijo.

─ ¿Todo bien? ─ preguntó más calmado.

Jacob en respuesta asintió dando un corto suspiro y yendo a sentarse al salón.

Billy hizo una mueca mientras veía a su hijo, luego me miró a mí.

─ Gracias, Gala ─ me dijo con una corta sonrisa.

─ Sabes que no es nada, hay que cuidar al niño ─ dije bromista quitándole peso a la situación.

En ese momento escuchamos una puerta abrirse y cerrarse, fruncí el ceño curiosa, pues no sabía que había alguien más en la casa.

─ ¿Que haces aquí? ─ se escuchó una voz molesta ─ Papá ha estado todo este rato preocupado por tí ¿y lo único que haces al llegar es sentarte a ver la tele?

Hubo unos segundos en silencio donde miré curiosa a Paul, éste tenía una tonta sonrisa en la cara y estaba de brazos cruzados.

─ Levantate y pide perdón a tu padre por esa rabieta. Y que no vuelva a pasar. ─ volvió a decir esa voz.

Billy y Paul se rieron divertidos al ver a Jacob salir del salón.

─ Papá y-

─ No hace falta hijo, ya sabes cómo es tu hermana.─ le interrumpió su padre ─ Ve a descansar ─ le dio "permiso"

En ese momento caí en cuenta de lo dicho por Billy.

─ ¿Ha venido tu hija? ─ pregunté interesada con una sonrisa. Billy me sonrió de vuelta y asintió.

─ ¡Rachel ven! ─ gritó.

Del salón salió una mujer de pelo oscuro, piel tostada, grandes ojos marrones y simpática sonrisa. Tendría entre los veinte y veinticinco años y le daba un aire a Jacob, sus rasgos se parecían.

─ Hola ─ saludé con una sonrisa. La tal Rachel me saludó de vuelta y miró a su padre para que me presentara.

─ Cariño, ella es Gala ─ me presentó Paul.

Si. Paul.

Y le había llamado "cariño"

Miré al chico con los ojos abiertos y una sonrisa estupefacta.

─ ¿Eres Gala? ¡Encantada! Todos hablan de ti aquí ─ reaccioné cuando Rachel vino a mi y me dio un beso en la mejilla.

Rápidamente se lo devolví y volví a sonreír.

─ Igualmente ─ dije simpática ─ Aunque perdona que pregunte, pero no puedo hacer oídos sordos ─ dije con un tono divertido. Me crucé de brazos y miré a Paul ─ ¿Le has llamado "cariño"? ─ pregunté aún sin creerlo.

Paul asintió con la cabeza y me sonrió igual de divertido que yo.

─ Es mi pareja ─ me aclara también cruzado de brazos.

En cuanto lo dijo alcé los brazos y le abracé alegre, Paul me correspondió. Cuando nos separamos me acerqué a Rachel.

─ Menos mal que has llegado ya, así habrá alguien que controle a este enfadón ─ dije jocosa.