Memorias de un corazón torturado

9-P#TO INTERROGATORIO

Estaba nuevamente en ¨Easy Rock¨, sentado tranquilamente y pidiendo mi hamburguesa cuando pude ver llegar a Neall aceleradamente, corriendo al verme ya en mi lugar.

–Llegas tarde, te juro que jamás en mi vida pensé decirte yo esa frase a ti– Le comenté en tono burlón mientras él se sentaba.

–Ambos sabemos que eso no es verdad, quedamos a las 5:00, son las 5:20, como no llegabas yo fui a la biblioteca a sacar 2 libros y regresé– Contestó en tono molesto.

–Bueno, pero la intención de llegar temprano es lo que cuenta– Me excusé.

Nos sentamos en una posición cómoda y ya con calma comenzamos a platicar y tuve la oportunidad de contarle con lujo de detalle todo lo que había pasado en la cita, como me había quedado fascinado con Cristina, la maravillosa tarde que tuve en el parque y una parte de las conversaciones que había tenido con ella.

–¡Vaya, esto me parece increíble! ¡El gran Alejandro se está enamorando! ¿quién lo diría?– Dijo cuando terminé de hablar.

–No me estoy enamorando, sólo me parece una excelente chica– Di un enorme bocado a mi hamburguesa que comí rápido para poder seguir hablando– Incluso me ayudará a organizar ese asqueroso festival de primavera, sólo me falta que vuele.

Cuando mencioné esto lo hice con un entusiasmo que comenzaba a darme miedo, en ese momento me percaté que el amor era como una infección, una vez que te atrapa ya no hay vuelta atrás.

Me gusta comparar el amor con una infección zombie, porque tienen síntomas muy parecidos, pierdes el control de tu ser, actúas por puro impulso, hablas como tontito, y te sumerges en una especie de sueño, sólo que los zombies se ven mejor y más rudos comiendo carne, mientras que tú estás usando un suéter de navidad igualito al de tu novia.

Por cierto ¿Alguien entiende esos suéteres? Son bastante tontos, y la situación no mejora cuando vez el tipo de caras que hacen en las fotos, los hacen parecer como pequeños duendes mandilones, en serio, algunos hombres incluso tienen cara de que prefieren morir, ahí mismo a balazos, a puñaladas o lo que sea con tal de no seguir usando más esa prenda y de que se borren las pruebas... si, en eso me pongo a pensar cuando divago.

Comenzaba incluso a llegar a la conclusión de que los aliens aún no nos habían visitado por esas horribles modas, aunque si lo pensamos bien Lady Gaga podría ser un Alíen que traía la moda de su planeta natal al nuestro, lo cual refutaría mi anterior teoría. Todo esto pasaba por mi mente con una velocidad algo preocupante cuando mi segunda hamburguesa y mi malteada llegaron, sacándome del trance, llegó también un horrible plato con pasto que Neall llamaba ensalada.

–Por cierto, no tienes que ponerte celoso de ella, tú y yo aún tenemos algo especial, claro que lo nuestro es algo más de sexo rudo que hablar de libros, pero tu entiendes mi punto– Le dije con la mayor seriedad posible.

–No, lo nuestro no es sexo rudo, más bien es masoquismo por la parte de que me pongo a escuchar como tienes una vida sexual 50 veces más activa que la mía y por el hecho de que trato de hacerte más puntual cuando claramente no te importa, además no son celos– Bebió un sorbo de su café y continuó– de hecho, me haría un favor cuidándote ella por mi si te tolera, quiero conocerla.

–¿Me acabas de decir que la quieres conocer?, vale eso me parece perfecto, mi novia y mi amante juntos en una misma sala, tú dime cuando y yo me preparo para el frío.

Mientras yo no podía contener la risa y comenzaba a atragantarme con la hamburguesa ya que me encantaba mi propio chiste idiota Neall terminó su arbusto, se limpió la cara y dijo:

–Ahora mismo si quieres, yo salí temprano del trabajo y probablemente ella está en la pastelería, así que es la oportunidad perfecta, el mejor momento siempre es el ahora– Se acomodó la corbata y me miró con una sonrisa retadora, por mi parte yo divagué un momento pensando en que quería morir como aquel hombre que le dio un ataque de risa por un chiste que él mismo contó.