Capitulo 5

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El repiqueteo de las campanas en aquel recinto lo mantenían despierto, tanto que le era bastante real el verla allí, recostada sobre el ataúd, con una sonrisa demoníaca, complacida, pero esto no era así.

Ante él se encontraba un ataúd vacío, de color negro, con un símbolo grabado en su tapa, un sol negro de grandes brillos, la estrella vespertina, el símbolo de la gran familia Lucifer.

De rodillas ante este, se encontraba el joven amo de la casa, llorando la muerte de su hermana. Se culpaba por no poderla salvar, por meterla en sus planes a tal punto en que fue pulverizada por esa escoria de raza como lo eran los ángeles. Si este fuese más fuerte y más malvado no hubiese hecho algo así, tenía que perfeccionar sus planes de venganza, no solo por sus padres sino por su hermana tan hermosa y tan pálida en medio de aquel punto negro en la habitación.

—Hermanita... Tu nombre bien demostraba lo que se necesitaba dentro de la familia, una esperanza, pureza demoníaca que fue destrozada por esos malditos ángeles, ganaré esta tierra por ti, para hacerte honor ante tu tumba, donde sea que puedas residir podrás observar como se extiende nuestro reino.

La última cosa que le quedaba en el mundo fue arrebatada por ellos, les haría lo mismo y más, por su hermana, todo por ella.

Euclid lo observaba con pena, que lástima el no haber podido usarla, o volverla su propia hermana, tendría que buscar a la verdadera y esta era una traidora, merecía ser escupida y vuelta a crear para ser solo suya.

Rizevim golpea con estrépito el ataúd, antes de hacer que quede hecho cenizas, el dolor lo agonía, lo abruma, le hace desear muchas cosas, probar la sangre de sus enemigos y alzarse con el trono que alguna vez detestó.

La noche pasa sin ningún apuro, ambos demonios observan como se van evaporando las cenizas de los trajes que alguna vez pertenecieron a la joven niña.

Rizevim toma su capa y se la guarda en el bolsillo, esto debía darle las fuerzas necesarias para acabar con todos...

Ya es hora de la misa de cada mañana en el Vaticano, son las siete de la mañana. Rizevim observa su reloj con aparente tranquilidad, pero las ganas de cometer una masacre le van ganando rápidamente, sabe que no puede desperdiciar ni un minuto.

Toca el cronómetro en el momento en que el reloj marca las 7:01 y se lanza dentro de la iglesia con la daga en la mano.

Euclid le grita que es hora por el auricular en su oreja y Rizevim alza una barrera que impide entrar a los ayudantes de la iglesia desde el púlpito. De igual manera deja un rastro para atraer a los ángeles, no le importa más nada.

La gente grita al observarlo, sus miradas se llenan de terror con sus ojos rojos y pupilas rasgadas junto con las alas de murciélago en su espalda, intentan escapar, pero no pueden levantarse de sus asientos.

Vuela con presteza sobre la multitud arremolinada esperando la salvación y lentamente va sacándole el corazón a cada hombre que ve, ante los gritos de las mujeres quienes intentan que los niños que van con ellos no vean nada, pero es imposible.

Un momento después, las cabezas van rodando por todos inmaculados pisos de mármol de la nave central, él ríe lleno de dolor y continua desmembrando a quien se le acerque, le satisfacen los gritos de agonía.

—¡Así debió gritar mi hermanita cuando fue asesinada por los suyos, malditos pecadores! —grita con alevosía al ver cómo las alas de los angeles se adentran en el lugar.

Nadie dice nada, Rizevim sostiene al último niño que queda vivo en el aire, agarrado de su camiseta, los angeles de rangos bajos intentan acercarse, pero Euclid les ha enviado a volar desde su posición en la cúpula, lo siguen intentando, pero van perdiendo las fuerzas a cada momento.

Rizevim golpea al niño y arrastra su mano hasta su pecho y lo atraviesa, sacando su corazón del pecho, en un segundo se lo traga y usando su magia de linaje arremete contra los angeles.

—¡Idiotas! No vine sin un plan. —se burla y escupe.

Los ángeles intentan de nuevo ir contra él, pero este aprovecha la abertura del líder y le arranca las alas con los dientes al encrustar sus colmillos en aquella zona tan sensible, el angeles es incapaz de moverse y ruega.

—No me importa mucho si mueres, dudo que al cielo también ¿No es así, Remiel? —Rizevim lleva su mirada a una de las puertas que dan al Sagrario.

Allí está un hombre ataviado como un sacerdote que no dice nada, solo observa. Rizevim le saluda exaltado y sonriente, vuelve a atravesar al ángel y los demás solo imploran la ayuda de su superior, pero este continúa mirando como si nada.

La rabia bulle dentro de los ángeles quienes gritan presos de la rabia al ver que no pueden hacer nada, pero lo intentan una nueva vez, a lo que Euclid aprovecha y con ayuda de su invento, una burbuja de energía demoníaca envuelta en magia de destrucción, robada al satán Lucifer y los envuelve, dirige la fuerza hasta sus alas y los deja encerrados.

—Observen como su superior no hace nada, caigan y únanse a mi...

Con eso, Rizevim atraviesa al ángel de la misma manera en que hizo con el niño y observó la desesperación en sus rostros, sus gritos lo llenan de satisfacción, en especial, cuando sus corazones cambian y se llenan de odio lo que hace que su aspecto cambie.

Hace entrar al caliente corazón en su boca, pero solo devora la mitad, lo demás lo escupe a los pies de Remiel que solo se adentra de nuevo en el despacho.

Rizevim se acerca volando a los ángeles recién caídos y les da de su sangre, con ayuda de un conjuro extraño, olvidado por muchos, los convierte en demonios sin consciencia.

—Misión cumplida...

Dice observando el guardapelo en su cuello en el que hay una foto de un bebé de cabellos plateados.

Aun no estaba cerca de terminar esta tragedia, el cielo caería y traería la paz que deseaba, reinando sobre los humanos y angeles que serían suyos, todo por ella...

Ella no está, pero sus planes deben ponerse en marcha, los demonios no son humanos risueños, solo seres llenos de maldad y él haría que todos en el Inframundo lo supieran...

Todo por ella, se repitió una última vez...

¡Hola, hola, hola!

Quizá nadie lo estuvo esperando, pero aquí les traigo un nuevo capítulo de estar historia que hace dos años deje de actualizar, no tengo disculpas, pero trataré de seguir actualizando.

¡Gracias por esperar, se les quiere!


Todo por ellaWhere stories live. Discover now