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Jimin estaba viendo la televisión, pero no podía concentrarse. Le parecía raro que el molesto de Jungkook no estuviese por ahí jodiendolo.

Lo había visto una vez en la mañana, pero raramente no hizo ningún comentario grosero o sexual.

¿Será que está durmiendo?

Sin esperar más fue directo a su habitación y sin pensarlo dos veces, ingresó.

Se arrepintió de no haber tocado la puerta.

Jungkook estaba desnudo.

— ¡Ay no Jungkook cubre tu maní!—gritó mientras se cubría el rostro.

Abrió los ojos con la esperanza de que lo haya hecho, pero el alto seguía igual y ahora lo miraba con una sonrisa burlona.

— Es mi habitación, puedo hacer en ella lo que me plazca. Jimin estaba demasiado rojo, no era la primera vez que veía un pene, pero sí la primera que veía uno de tamaño abismal.

Esa cosa podría partirme —pensó.

— Si quieres puedes tocar —Jungkook tomó el miembro entre sus manos y empezó a acariciarlo, logrando así, que aumente mucho más su tamaño.

Jimin sabía que Jungkook disfrutaba verlo así, pero no se dejaría intimidar. Era solo un pene, ni que fuera especial.

— No quiero tu chochino pene —respondió sacándole la lengua.

— No me importa, no eres digno de saborear a Kookie.

— ¿Y la zorra de Lisa sí? —inquirió con cierta molestia.

Jungkook rió —Esa mierda es lesbiana.

— Como digas.

Sin previo aviso, el menor acorraló a Jimin en una de las paredes. El mayor se puso aún más nervioso, tenía toda la hombría de Jungkook ahí, a centímetros de él.

Incitándolo a tocarlo.

— ¿Acaso estás celoso Minnie? —susurró cerca de su oído, provocando que Jimin se tensara.

Quería concentrarse, pero no podía apartar la mirada del pene de Jungkook. ¿Necesitaría agarrarlo con mis dos manos? Creo que solo con una.

— Tócalo —invitó el mayor— Vamos, hazlo.

A la mierda.

Jimin tomó el pene de Jungkook entre sus pequeñas manos. Al final si necesitaba usar las dos.

Comenzó con un vaivén lento, pero poco a poco iba subiendo el ritmo. Jungkook se sentía en el cielo.

Las manos de Jimin estaban hechas para que lo tocase.

Un poco más, solo un poco más y obtendría lo que quería.

Lastimosamente Jimin se detuvo. El menor lo miró molesto y confundido.

— No he olvidado lo de tus gérmenes—fue lo último de que dijo antes de irse de la habitación.

Al parecer sí cumplió su palabra.

Molesto » KookminWhere stories live. Discover now