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Jimin estaba preocupado por como Jungkook miraba al niño.

Ese día era el cumpleaños de Jin, por lo que el moreno les pidió encarecidamente que cuidasen a su pequeño esa noche.

Llevaría a Jin a cenar y le haría cosas sucias.

El menor desafiaba al niño con la mirada, y éste no se quedaba atrás.

Los dos competían por la atención de Jimin.

—Tienes la nariz del tamaño del trasero de Jimin—le susurró el niño cuando el rubio fue a la cocina.

—¡Mocoso insolente!—gritó—No te digo nada porque no soy racista.

—¡Ya te he dicho que no soy negro, soy de color canela igual que mi papi!

—Tu papi—le golpeó la nariz con su dedo—Es un tonto.

Justo en ese momento ingresó Jimin y el niño fingió llorar.

—¡Oye rata de alcantarilla!—exclamó el rubio—Deja de molestar al bebé.

Jungkook quiso defenderse, pero Jimin levantó la mano.

La mano.

El menor sabía que cuando Jimin hacía eso, era mejor callar.

El niño sonrió satisfecho y abrazó más fuerte a Jimin. Jungkook se sentía idiota por tener celos de un mocoso.

Pero es que Jimin solo debía abrazarlo y mimarlo a él.

—Kai, es hora de que tomes una siesta—dijo el rubio.

—No puedo—Jimin lo miró confundido—Es que no puedo dejar de pensar en lo que me contó Jungkook sobre una tal IO—mintió.

Jimin apretó los puños furioso. Ese mal nacido aún andaba pensando en esa pequeña zorra.

—No es que me importe, pero cuéntame que te dijo.

—Jiminnie ¿por qué estás rojo?—preguntó asustado.

—Es normal en mí, siempre ando caliente.

—Ahora todo tiene sentido, Jungkook me dijo que eras insaciable y que te había hecho la pose del helicóptero.

Ahora sí que iba a matarlo.

—¡Es mentira! ¡Yo soy virgen!

—Esa ni yo te la creo hyung.

—¡Kai!—el pequeño levantó las manos en modo de rendición.

Kai le pidió permiso a Jimin para ir al baño, pero en realidad fue hacia el pelinegro que estaba durmiendo. Le quitó el celular y puso Twenty-three de IU.

Regresó hacia la habitación y escandalizado le avisó a Jimin que Jungkook estaba escuchando a esa mujer.

—Si te hace sentir mejor, tú tienes más trasero que ella hyung.

—Es obvio, ella parece Taylor Swift, duh.

—Eso no es lo que dice el narizón—Kai estaba metiendo leña al fuego—Demuéstrale que no debe compararte.

Jimin fue a la sala furioso y lo primero que vio fue el vídeo reproduciéndose. Fue a la cocina y llenó un balde con agua helada para luego tirársela al menor que dormía plácidamente.

El menor se levantó asustado y Jimin lo cogió de la camisa acercándolo a su rostro.

—Yo soy mejor que esa cara de muñeca.

Jungkook no entendía nada, tampoco entendió cuando el rubio le dio un beso rápido y se marchó.

A los minutos el pequeño moreno se aproximó a Jungkook.

—Oye no sabes lo que me dijo Jimin de ti, si te contara chama.

La historia volvía a repetirse.

Molesto » KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora