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Jimin despertó con mucha fiebre, por lo que no pudo ir a levantar a Jungkook para que fuera a la Universidad. El menor salió del mundo de los sueños a las 8:30 de la mañana.

—¡Mierda!—gritó mientras se apresuraba a cambiarse—¡Jiminnnnnnn!

Estuvo llamando al mayor por varios minutos, al ver que nadie le respondía, fue a buscarlo. Lo encontró cubierto con las sábanas, su cuerpo temblaba.

—¿Estás bien?

—Obvio no idiota ¿no ves?—respondió.

—Mejórate.

—Ay gracias, imbécil, no lo había pensado, yo planeaba quedarme así todo el día.

Jungkook rió hasta que se dio cuenta de un detalle sumamente importante. Si Jimin estaba enfermo ¿quien haría la comida?

—¡Jungkook!—exclamó, sacando al menor de sus pensamientos—¡Ve a cambiarte, debes ir a estudiar!

—Ya no me dejan entrar—se encogió de hombros—Además, prefiero cuidarte.

Jimin se sonrojó, pero Jungkook no lo notó, ya que su cara de por sí estaba roja producto de la fiebre.

—Estoy mal, por lo que hoy tu te encargarás de hacer todo—el menor asintió—Prométeme que no quemarás la casa, por favor.

—¿Por quién me tomas? Jin me ha enseñado a cocinar.

Después de recibir un golpe por intentar besar al mayor, partió a hacer el desayuno.

Encendió la laptop y buscó: Cómo encender una cocina sin quemarme en el intento.

Decidió que mejor llamaría a Jin, él era su salvación. Lamentablemente después de que lo mandaran al buzón varias veces, le contestó Kai.

¿Por qué eres tan inútil? Solo debes echarle un poco de gasolina a la hornilla y luego lanzar el fósforo encendido. Así me enseñó papá NamJoon.

Hizo lo que el mocoso le había recomendado, pero se llevó un susto de muerte cuando hubo una mini explosión que casi hizo que se orinara del miedo.

—Niño estúpido, me las cobraré.

—¿Está todo bien?—preguntó Jimin desde su cuarto. Jungkook le gritó diciéndole que estaba perfectamente.

Al final decidió comprarle un par de galletas y llevárselas con jugo. Jimin sabía que algo había malogrado e iba a regañarle, pero al ver como tenía un mechón de cabello quemado y una expresión nerviosa. Se arrepintió

—Ahora debes asear la casa—dijo el rubio cuando terminó de comer.

Jungkook asintió desganado y fue a trapear, se resbaló y se hirió varias veces, no sabía lo duro que era limpiar.

—Ya terminé amor—suspiró, estaba demasiado exhausto—¿Debo hacer algo más?

—Acércate.

El menor hizo caso y se aproximó, el mayor lo atrajo hasta él y lo besó delicadamente, sus labios estaban muy calientes y los de Jungkook tenían un ligero sabor a quemado.

—¿Qué quemaste?—soltó cuando se separaron—Y no me mientas.

—N-no es mi culpa, ese pequeño mojón ¡Él es el culpable!

Toda la tarde fue la misma, Jungkook sufriendo mientras hacía las labores.

Por la noche el mayor se levantó y fue hacia la sala, vio a Jungkook durmiendo en el sofá abrazado a una escoba. Volvió a subir y regresó con una manta para cubrirlo. Jungkook sonrió inconscientemente.

Luego de unos minutos, el menor despertó por un fuerte grito.

—¡Qué mierda le hiciste a mi cocina Jeon Jungkook!

Molesto » KookminWhere stories live. Discover now