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Jungkook había llegado a casa y lo primero que vio fue a Kai comiéndose sus galletas.

—Hola nariz de pene—se burlaba mientras comía.

—¡Esas son mis galletas! ¡Jiminnnnn!

Jimin llegó corriendo con un delantal y la cara llena de harina. Jungkook lo miró e iba a soltar un comentario sexual, pero volvió a recordar sus preciadas Ritz.

—Jungkook, por favor sé educado con el niño.

—Él me dijo que orino petróleo—mintió el menor—Todo por ser moreno.

Jimin le lanzó una mirada amenazante.

—¡Yo nunca dije eso!—se defendió.

—Incluso por Navidad me regaló cremas blanqueadoras—fue corriendo y abrazó a Jimin.

Jungkook simplemente mantuvo silencio. Más tarde cuando Jimin bajase la guardia, se vengaría de ese engendro.

Horas después Jimin avisó que iba a salir a comprar las cosas para la cena. Jungkook sonrió malicioso. Kai corrió a encerrarse al cuarto del más alto.

—Tarde o temprano saldrás de ahí pequeño mono.

Apenas pasaron diez minutos y el pequeño ya tenía ganas de orinar. No podía salir, pues Jungkook aún seguía merodeando por ahí, así que tomó la decisión más difícil de su vida.

Orinó por la ventana sin saber que Jimin estaba en la puerta con las compras. La orina le cayó toda, empapandolo junto con la comida.

—¡Jeon Jungkook voy a matarte!

Jungkook escuchó su nombre y al salir encontró a Jimin todo mojado de lo que parecía ser...¿Orina?

—Sea lo que sea yo no fui amor.

—¡¿Y quién tiene la culpa!? ¡¿Kai?!

—¡Sí! Aunque no creo, si no estarías manchado de orina negra.

Jimin subió a cambiarse y encontró a Kai durmiendo tranquilamente en su habitación Qué lindo, él no tiene la culpa de nada. Jungkook es un irresponsable.

Se volvió a cambiar para regresar a comprar, pues todo quedó contaminado. Jungkook sabía que el menor estaba fingiendo, por lo que se sentó al lado de la cama y empezó a acariciarlo mientras disimuladamente le jalaba el cabello y le susurraba: Ahora sí pendejo.

—Amor—llamó Jungkook. Jimin lo ignoró—Bebé...

Jimin salió sin decir nada y al instante Kai esquivó el cuerpo de Jungkook para tratar de escapar.

—Chama, antes de que me hagas algo ¿no crees que quizá es una excusa y Jimin te engaña con alguien? Por eso quiere salir según él a comprar.

No creo que sea capaz, aunque...¡Ese pequeño infiel! ¡Me las va a pagar!

—Opino que lo sigamos para ver sus cochinadas.

Jungkook asintió y salieron detrás del mayor. Jimin iba caminando y se detuvo en el puesto de verduras. El señor le entregó lo que parecía ser su vuelto, pero Kai exageró las cosas diciendo que le estaba acariciando descaradamente.

—¡Con el verdulero! No, si la infiel chama.

—Yo no veo nada raro—decía Jungkook.

—Es que no es cualquier verdulero, es Taemin el verdulero, parece que tu pepinito no le es suficiente.

—¡Cállate!

Jimin ingresó a una tienda de zapatos, hace tiempo había visto un par y se los iba a comprar. Le pidió al joven que atendía que lo ayudase porque los zapatos no le entraban, así que los dos ingresaron al probador.

Jungkook y Kai entraron a la tienda y se metieron al probador contiguo para escuchar todo.

—Es que no me entra—se quejaba Jimin.

—Es porque aún no tiene uso, pero espere un tiempo y va a ver cómo entra y sale sin ningún problema.

¡Qué carajos! ¡Jimin eres una regalada!

—La golosa—Kai se cubría la boca para que su risa no inundara toda la tienda.

Jimin cansado del dolor, empezó a quitarse el zapato. No se lo llevaría.

—Ay espera, espera me ajusta mucho, sácalo despacio.

Jungkook furioso sacó a Kai de la tienda y fueron directo a casa. Jimin regresó media hora después con un tremendo dolor de pies.

—¡Ya volví!

Se extrañó al ver a Kai en la puerta del cuarto de Jungkook. El pequeño lo miraba mal.

—¿Qué pasa Kai?

—No me hables zorrita—murmuró. Se levantó dispuesto a irse, pero el mayor lo cogió del brazo.

—¿Dónde está Jungkook?—preguntó.

—Creo que se irá de la casa—Kai lo miró molesto—¡Todo es tu culpa!

Jimin no comprendía nada, así que llamó a la puerta varias veces, pero el menor no le abría. Fue a su cuarto y sacó la copia de todas las llaves de la casa.

—Jungkook ¿qué haces?—se asustó al ver al menor metiendo todas sus cosas en una maleta.

—¡Me voy para que ahora sí puedas follar con el zapatero sin que tengas que esconderte en un probador!—espetó furioso.

—¿Zapatero? ¡Cuál zapatero oye infeliz!

Siguieron peleando hasta que Jimin le contó que se estaba probando un par de zapatos. Jungkook comprendió todo y se sintió estúpido por desconfiar del mayor.

Cuando salieron, Kai estaba sentado en el mueble sonriendo. Se levantó emocionado hacia Jungkook.

—¡Hyung no te preocupes, ya cobré venganza! ¡Oriné en toda la ropa de la infiel!

Jungkook le hacía señas para que se callase, el pequeño comprendió todo y trató de librarse pero ya era muy tarde.

—¡Corre chama!—exclamó Kai.

Los dos menores corrieron a encerrarse en una habitación. Jimin furioso solo golpeaba la puerta, pero obviamente no le abrirían.

Molesto » KookminWhere stories live. Discover now