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2 horas después de recibir la amenaza

      Agentes especiales se movían por todo el lugar, sacando los aparatos electrónicos que ellos mismos habían instalado días previos. El lugar que antes era paz se había transformado en un caos total que estaba haciendo que más de uno  estuvieran a instantes de sufrir alguna crisis nerviosa.

Los chicos del equipo trataban de conseguir alguna solución o teoría de lo que posiblemente harían ahora los antisociales, claro que esta tarea se les hacía casi imposible teniendo en cuenta que el Coronel Raymond estaba a unos metros de ellos gritandoles a los agentes que estaban a cargo del equipo. 

Hermes y Apolo no pudieron evitarlo, trataban de escuchar que decían los agentes en su defensa, después de todo que hayan accedido a el sistema secreto era en parte su culpa y debían responsabilizarse por ello.

—¡¿Cómo es posible que dejaron una antena de señal desprotegida?!

El hombre de color que vestía en un elegante traje militar estaba exaltado, buscando una manera de hacer que toda esta situación no siguiera empeorando. Sus grandes ojos cafés estaban a punto de salir de sus cuencas mientras gritaba palabra tras palabra.

No solo su cabeza estaba en juego, la cabeza de América estaba en riesgo y por un descuido de sus agentes.

—Señor, esa antena estaba abandonada desde hace años...—informa de forma cautelosa la agente Benson.

—¡Pero aún recibe señal! —exclama en molestia—. ¡Esa antena pudo haber estado en la explosión de Hiroshima y aún así tenían que revisarla!

Hermes hizo una mueca al ver como le hablaban a sus líderes, incapaz de creer que las personas que veía como intocables estaban siendo regañados como niños de primaria. Si lo veías desde un ángulo donde los Estados Unidos no estuviera en riesgo, esta situación le hubiera resultado divertida.

Aún así, ningún miembro del equipo dijo nada. El coronel los estaba regañando porque tenía razón al hacerlo, los agentes se suponen que son los guías del equipo, si ellos no hacían bien su trabajo lo más probable es que los demás terminarían muertos por sus descuidos.

Y el gobierno no quería eso, demasiado papeleo.

—Tenemos que trasladarlos a otra ubicación.

Todo el equipo se giró para ver a un chico castaño que los veía con cautela, como si temiera que ellos pudieran hacerle daño.

Némesis no pudo evitar colocar una sonrisa en su rostro cuando percibió el aura del chico, seguramente lo habían enviado porque era nuevo y está era su iniciación en todo lo que es el Proyecto G.O.D.

—¿A dónde nos van a llevar ahora? —pregunta Ares, viendo al chico con una ceja alzada—. Tenemos que ubicarnos en un área cercana a la Casa Blanca para poder realizar nuestro trabajo.

—Solo tenemos… —Atenea ve su reloj de muñeca— 5 horas para averiguar qué hacer antes de que algo realmente malo ocurra.

—Sin presiones. —bromea Hécate.

Nadie se rió de su broma.

—Yo solo sigo órdenes. —musita el chico.

—Pues dile a tu jefe que debemos ir a Washington DC antes de que hagan volar la maldita Casa Blanca. —la chica de rasgos asiáticos habló con brusquedad— ¿O prefieres decirle al presidente que su casa voló porque no quisiste hacer tu trabajo?

El pobre chico asintió con rapidez y prácticamente corrió afuera de lo que era la base de operaciones, seguramente no volvería a hablar con los chicos y tampoco le diría a su líder lo que Nyx le pidió decir.

Los Hijos De América. ©Where stories live. Discover now