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     A pesar de que los chicos consiguieron la información requerida para sus superiores, se vieron incapaces de poder siquiera comenzar a discutir sobre los datos. La agente Sydney había ingresado a la sala de reuniones justo cuando Némesis planeaba proyectar el mapa, la agente con una expresión muy seria les ordenó irse a los dormitorios debido a la hora.

No porque le importara el bienestar de los jóvenes adultos, claro que no. A nadie le importaba eso.

La agente Sydney solo fue a indicarles que tenían que descansar porque así se lo exige el protocolo. El gobierno estadounidense no quería a sus fichas más importantes trabajando a medias por falta de sueño, el gobierno los quería como un tren: a toda marcha.

Sin embargo, el sol salió de su escondite y con ello los chicos de sus habitaciones. Ahora mismo todos se encontraban en la sala de operaciones con un bowl de cereal en mano y analizando la información que habían conseguido.
Unos soldados rasos le administraron ropa y comida a cada uno, por lo que casi todo el equipo usaba vestuarios similares. Casi, porque Hécate de alguna manera había conseguido una camisa ridículamente colorida.

Nyx quiso meterle un tiro solo porque los colores eran tan llamativos que le lastimaban los ojos.

—La información proporcionada por Hayes no es gran cosa la verdad. —Ares mueve los dedos sobre su tablet y un holograma de un triángulo inverso aparece en medio de la sala— No es una persona con mucho poder en la organización.

—Ni siquiera sabe el nombre real del grupo delictivo. —bufa Nyx, acomodando su cabello negro en una coleta— Lo más relevante que nos dió es que usan nombres de titanes para las misiones.

—Lo cual resulta gracioso si tomamos en cuenta que nuestros seudónimos son nombres de dioses.

Señaló Hécate mientras devoraba el tarro de cereal que le dieron, en ese primer momento de calma que tenía el grupo, el pelinegro se dio la tarea de detallarlos a todos. No pudo verlos con atención mientras evitaban que la Casa Blanca volará o cuando se encontraba en medio de un interrogatorio. Pero, ahora solo se mantenía comiendo cereal.

Mientras el azabache observaba, detalló que la hacker pelirroja de ojos cafés es la que mayor tiempo lleva trabajando para el gobierno y por así decirlo ella es la líder sin saberlo. Puede que la chica tengo un terrible sentido del humor y respondiera la mayoría de las veces con respuestas sarcásticas, pero pensaba con rapidez y eso es una cualidad difícil de igualar.

Por otro lado estaba Ares, el de mayor altura y el de menos palabras. El hombre de cabello caoba y ojos avellana solo hablaba lo justo y necesario, Hécate notó que solo habla de forma íntima con Némesis y es a la única que le aguanta sus bromas. Supuso que se conocían desde hace mucho tiempo.

Luego estaba Atenea, la verdad es que el azabache no tenía mucho que decir sobre la de ojos azules, ella le daba miedo y prefería mantener sus distancias. Lo mismo opinaba de Nyx, la asiática siempre tenía esa mirada de querer asesinar a alguien y Hécate apreciaba su vida.

De todo el equipo, Hermes fue el más fácil de descifrar. El castaño claro le había explicado de forma vaga como se manejan las cosas en la agencia del gobierno, se mostró amable y divertido. Aprecio que es muy inquieto y le costaba mantener la boca cerrada.

Después estaban Apolo y Afrodita, ambas chicas al igual que Hermes se mostraron amables. Aunque, noto que la rubia tendía a dejarse llevar por sus sentimientos según lo que le contó Artemisa.

Artemisa, seguramente la más ilusa del equipo. Sí, ambos eran nuevos en eso de estar en una organización secreta del gobierno pero al parecer la de ojos grises todavía no captaba que estaba ocurriendo. Parecía un chihuahua asustado con cada cosa que contaban.

Los Hijos De América. ©Where stories live. Discover now