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             El ser humano por naturaleza tendía a reaccionar ante cualquier sentimiento de amenaza, es algo que el cerebro automáticamente realiza. La red neurológica detectaba una amenaza cuando el miedo se apodera del sistema del humano, cuando la hormona oxitocina, mejor conocida como la hormona del miedo empieza a ser segregada. Esa acción desencadenaba una serie de consecuencias que salvarían o condenarían al humano.

Algunas veces el cerebro tenía el tiempo necesario para analizar sus acciones, encontrar la mejor. Aún así casi siempre terminaba actuando sobre la marcha, mientras más miedo, pánico y terror registraba el cerebro...más impulsivo sería el camino que tomaría para salir de la amenaza.

Eso fue lo que ocurrió en el cerebro de Atenea, y la ojiazul lo sabía.

Sí, había tenido la idea de dónde los podría llevar el mapa; pero no confirmó la teoría. Al sentirse amenazada por la ministra James su cerebro tomó la información que había y la uso, quizás no de la mejor manera, pero consiguió salvar el destino del equipo.

Si ella no hubiera hablado, lo más probable es que todo el grupo tendría que escuchar un regañó por parte de la viceministra, quien a su vez regañaria al coronel Raymond y a sus agentes y, les haría saber cuan inservibles son. Si lo ven desde el punto de vista positivo, no solo había dado un indicio de dónde buscar los archivos secretos sino que también evitó un sermón matador. Dos pájaros de un tiro.

Claro que toda acción tiene una reacción, y los chicos estaban comprobando las palabras de Newton.

Minutos después de que la reunión se diera por terminada, los chicos fueron trasladados a un jet que los llevaría a una pequeña base militar estadounidense que tenía el gobierno oculta en Italia, cerca de Roma. El viaje consistió en Apolo y Afrodita reclamándole a Atenea por no compartir la información que poseía con el grupo y el resto del equipo trató de seguir pistas que dieran alguna conexión con el acertijo. Sin embargo, no consiguieron mucha información y tendrían que esperar a llegar a la base para poder idear algún plan, pues ya se encontraban bajando del jet del gobierno para ingresar a la camioneta blindada que los llevaría a ella.

—Se dividirán en dos grupos: Atenea, Ares, Nemesis y Hécate en la camioneta uno. —el agente Keith Minnete señaló a los nombrados con sus dedos enguantados— Apolo, Afrodita, Artemisa, Nyx y Hermes en la dos.

—Les daremos teléfonos desechables a cada uno. Tienen prohibido contactar a cualquier persona que no sea parte del equipo y por los clavos de Cristo…

—No accedan a internet. —Nemesis completo la frase de la agente Freya Benson, pues se la sabía de memoria.

Minnete y Benson fueron los elegidos para ser los líderes del grupo en esta parte de la misión, pues al ser los más estrictos el gobierno esperaba que tuvieran mano dura para que la élite no se saliera del objetivo de la misión: encontrar los archivos.

—¿Saben? —Hecate lee los papeles que tiene en mano—. Atenea no estaba equivocada al señalar a Italia como punto inicial, creo que estábamos ciegos para no ver las pistas. Ahora que leo esto con atención y lo relaciono con Italia, todo tiene sentido.

Las camionetas empezaron su curso por las calles de Italia –las cuales eran iluminadas por líneas de faroles amarillos–, manteniendo una distancia prudente entre sí para no llamar la atención de los lugareños. Lo menos que querían es que la mafia siciliana se involucrara en el tema.

—Obviamente no estaba equivocada. —la ojiazul entrecierra sus ojos, irritada por el comentario— Si ustedes hubieran estado más centrados en la misión tal vez tendríamos una ventaja.

Los Hijos De América. ©Where stories live. Discover now