Capítulo 21

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Narra Alastor:

Hoy era otro día cualquiera en el hotel. Justo ahora me encontraba preparando algo de café para la cachorra y para mi. Después de tanto tiempo llamándola humana se me hace raro cambiar de apodo. Todos los demás ya se habían levantado, de hecho solo faltaba ella. Cuando termine de curarla las heridas la lleve a su habitación y allí se ha quedado desde entonces. Debería despertarla pero... No se que probabilidad hay de que ocurra lo de aquella vez.

-¿Y la zorrita?- preguntó el arácnido.

-Esta durmiendo.- respondí bebiendo un poco de mi taza.

-¿A estas horas? Ya es muy tarde.- cuestiono Charlie.

-Recuerda que ayer peleo en la prueba con tu padre. Es normal que este durmiendo tanto.

-A mi me da igual. Voy a despertarla.-y se levantó llendo a su habitación.

-Yo no lo haría, mi afeminado amigo.-dije acompañándole.

-¿Por qué no?

-A menos de que quieras tu segunda muerte, no te lo recomiendo.

-No es la primera vez que lo hago.

-¡¿Qué?!- eso me pillo de sorpresa. Él solo pudo reír.

-¿Acaso te da miedo, sonrisas?

-Por supuesto que no, pero no es algo que repetiría.

-Tiene un pequeño truco. Te lo podría decir, pero no.

-¿Qué quieres a cambio?

-¡Woah! ¿De verdad quieres saberlo? Eres más pervertido de lo que creía.

Ya esta, se acabo. Con un chasquido mis tentáculos aparecieron y agarraron a Angel el cual se asusto.

-¡Era broma! ¡Era broma!- dijo rápidamente-. Te lo dire pero no me hagas nada.

Hice que lo bajaran y desaparecieran.

-¿Y bien?

-Es fácil. Solo hay que acariciarla suavemente la cabeza. Una buena zona es detrás de las orejas. Adora eso ¿Quieres probar?- dijo acercándose a la puerta dispuesto a abrirla.

-No, mejor en otra ocasión.-dije con algo de nervios. Todo para después ver a Angel entrar en la habitación y cerrar la puerta detrás de él.

Narrador omnisciente:

Caricias, un gran truco para alguien dormido. Aradia empezó a abrir los ojos encontrándose con su mejor amigo.

-Hola.

-Buenos días bella durmiente.

Ella sonrió mientras él seguía con sus caricias.

-Ari hay que levantarse, es tarde.

-Como si tú no durmieras hasta las mil.

-Buen punto. Venga.- la cogió en brazos-. Te estamos esperando para desayunar.

-Ya voy, mama.-dijo en burla-. Deja de joder.

Una vez levantada y preparada salió de la habitación junto a Angel. No se esperaba ver a Alastor esperando.

-¿Dormí mucho?- pregunto acariciándose la nuca.

-Como un lirón, querida.

Ya al bajar se dispuso a desayunar junto al resto para después pasar una mañana entre papeleos para el hotel. Ya celebraría más tarde. Cuando acabo tomó los papeles para llevarselos a la rubia hasta que se encontró con cierta escena.

Todo por ti (Alastor y tu)Kde žijí příběhy. Začni objevovat