Todo por ti (Alastor y tu)

Capítulo 45

Narrador omnisciente:

Habían pasado dos semanas desde la bronca que tuvieron ambos hermanos. Los primeros días ella estuvo evitando al arácnido y ahora hablaban de vez en cuando.

En ese momento estaban tomando algo juntos.

-Lo siento, por lo de la última vez. Me pase.- dijo él.

-Enterrado y olvidado. Solo... No vuelvas a sacar el tema ¿Vale? No quiero oírlo.

-Esta bien. Pero lo que dije es cierto.- susurró.

-Me levanto y me voy.

-No no no. Ya paro.- dijo de forma apresurada.

En ese momento pensaba en el plan de Lucifer. No sabría como saldrían de esta. Puesto que cuando acabara ella los mataría. No era el mejor, pero no se les ocurría otra cosa.

La relación entre ambos overlords había empeorado hasta el punto de no poder estar juntos en un mismo lugar. Debían hacerlo ya y ese era el día.

-Zorrita.

-Estoy en mi descanso, polilla ¿Qué quieres?

-Necesito que me ayudes a sacar unos trastos de una de las habitaciones de los huéspedes.

-¿Y eso?

-Renunció.- elevó los hombros sin darle importancia-. Angel, deja de hacer el vago y ven a ayudar.

-Siiii.

***

-Eres un idiota. Así lo único que consigues es provocarla.- habló el gato.

-Yo no hago eso. Ella es la que no escucha.

-Ya y arrinconarla en la pared es la mejor manera ¿No?

-Lo que tu digas.- gruñó el ciervo molesto.

-¡Al!- la pequeña corrió hacia él.

-¿Qué ocurre, Niffty?

-Necesito que me ayudes a limpiar una habitación. Esta muy alto y no llego.

-Bien. Vamos.- la siguió sin poder negarla nada.

***

-Estas muy callada ¿En qué piensas?

-Nada en especial. Solo se me hace raro no ver a Niffty correteando de un lugar a otro.

Los otros dos se pusieron nerviosos. Pero llegó su salvadora.

-Chicos ¿Adonde vais?

-Vamos a recoger unas cajas o algo así ¿No, Vaggs?- preguntó el arácnido rascándose la nuca.

-Si. Y son bastantes ¿Vienes?

-Claro.

-No hace falta tanta gente. Ni que se hubiera dejado la casa entera en la habitación.- dijo la pelinegra.

-Algo no va bien.- pensó mientras seguía caminando.

***

-¡Ya casi estamos!- dijo entre saltitos.

-¿Por qué tan emocionada, querida?