La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]

Feria del Amor

Fernando me inquieta en cuanto pronuncia el nombre de Eric con ese gusto a tragedia. Mis pasos se ralentizan en el exterior del polideportivo para que el ruido de las chicas no interfiera. Toda mi atención se centra en el teléfono.

—¿Está bien? ¿Le ha pasado algo? —pregunto con cierta agitación y Laurita se me arrima más.

—Espero que esto quede entre tú y yo porque es mi amigo y no quiero tener problemas con él. Me tiene muy preocupado, Ana. Últimamente anda muy acelerado en el trabajo y sí, trabaja rápido, pero se equivoca muchísimo, cosa ajena a él, y está muy irritable. Tú ya sabes que él siempre ha sido simpático. Hace un rato mezcló los refrescos con las bebidas alcohólicas y yo se lo rectifiqué en buena forma, bromeando como siempre. Deberías haber visto su reacción. Creí que me rompería una botella en la cabeza —me cuenta Fernando y me quedo atónita. Ese no es el Eric que conozco.

—No me puedo creer todo esto que me estás diciendo. ¿Has hablado con él? ¿Dónde está ahora?

—He intentado hablar con él, me pide perdón, pero cae en lo mismo. Él me ha contado lo de su hermana y es comprensible que esté mal por eso, pero esta bola ha ido creciendo desde hace unos días. Mira, no quiero ser un chivato, pero ahora anda de descanso con Daniela y los dos han salido a coger aire. Daniela se pasa el día encima de él, se le insinúa, no lo deja estudiar cuando hay poco trabajo y la he oído comiéndole la oreja para joder. Yo ya hablé con ella porque Eric es muy suave con las chicas, pero la puñetera sigue pinchando, le entra por un oído y le sale por el otro —responde Fernando. No me extraña que esa aprovechada esté involucrada en el cambio de Eric.

—Esa Daniela es una puta entrometida. Hace tiempo que la tengo entre ceja y ceja. —Mi ligera alteración acalla a mis amigas y Laurita me observa denotando preocupación—. Eric trabaja un montón y encima estudia, casi no descansa, lo último que necesitaba era a esa arpía chupándole la poca energía que tiene con falsas preocupaciones, suficientes tiene ya.

—Ella es uno de los problemas, de eso estoy seguro, pero no te lo cuento para que os tiréis de los pelos en el instituto. Me preocupa Eric y la única familia cercana que tiene sois tú y su hermana. Yo sé que anda metido en algo. Tengo más años que él y lo conozco bastante bien. Me evade diciendo que todo se solucionará, pero yo veo que va a peor. Lo aprecio como un hermano y noto que se está hundiendo. ¿Las cosas van bien por casa?

—Él está afectado por lo de su hermana, eso lo he notado, y está más cansado que de costumbre cuando está en casa. Creo que tiene demasiada carga encima y que ahora le está saliendo por todo el tema de su hermana y de Daniela metiendo mierda porque ya ni en el trabajo puede desconectar. ¿Qué podemos hacer, Fernando? —Me entristece que Eric esté en ese estado y que no busque ayuda en las personas que lo queremos.

—Hablad con él. Decidle que se tome unas vacaciones y que no haga tantas horas extras —me aconseja Fernando—. Ese muchacho necesita estar con su novia y con su hermana, salir, disfrutar un poco. El sobreesfuerzo está acabando con él. Sé que tiene sus planes a largo plazo, pero se está perdiendo su presente. Apoyadlo en casa y yo seguiré cumpliendo con mi parte como amigo en el trabajo. Tranquila, velaré por él y alejaré a Daniela siempre que me sea posible. Eric solo piensa y habla de ti, así que no te preocupes en ese sentido.

—Gracias por ser tan buen amigo, Fernando. Hoy mismo hablaré con él como cosa mía. No tenía ni idea de que estaba tan mal y la verdad es que me preocupa porque lo quiero mucho. Por favor, sigue avisándome de lo que pase —le pido.

—Cuenta con ello. Yo también lo aprecio mucho y haré lo que esté en mi mano para ayudarlo. Si hace algo raro en casa, podéis avisarme también. Cuídate. Saludos a Laura —se despide Fernando.