43. Como la primera vez.

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Faux recogió los planos que había colocado sobre la mesa dedicándonos una orgullosa expresión en espera de nuestra respuesta. Sem me miró de reojo, levantando una ceja sin poder negar su aprobación. 

— ¿Dónde firmo para contratarlos? — cuestioné con una evidente sonrisa que provocó que Sem me mirara sorprendido. 

— Has cambiado — afirmó— casi parece que hubieses adquirido un alma en los últimos días. 

— No te confundas, aun puedo arrancarte la tuya si quisiera.

— Y si ella no lo hace, lo haré yo— interrumpió Ryan, llegando por atrás y deslizando sus brazos alrededor de mi cintura para enseguida apoyar su barbilla sobre mi hombro, encarando a Sem — y créeme que voy acumulando motivos para hacerlo.

Sem levantó sus cejas, mirándonos de manera alternada y soltando la primera carcajada que le había escuchado en mucho tiempo. 

— Ahora sí estamos listos — afirmó, cruzándose de brazos e inclinándose ligeramente hacia atrás para podernos ver — Serán muy convincentes en la fiesta. 

— Justo eso venía a decir, el camión con los trajes está esperando afuera. Cada uno está marcado con su nombre, así que asegúrense de coger el correcto — replicó Ryan hablando con el mismo tono de mando que Sem, provocando que este lo mirara amenazante antes de caminar hasta Noah.

— Me alegra escucharte así— musité, girando ligeramente para poderle mirar y recibiendo en respuesta una arrogante pero jodidamente atractiva mirada.

— Vaya vaya— soltó Faux, caminando hasta nuestro lado y dando un par de palmaditas en la espalda de Ryan — Veo que supieron aprovechar su tiempo libre. Qué dices, enamorado ¿Vamos por los trajes? — cuestionó con un tono insinuante logrando que Ryan entrecerrara los ojos suspicaz.

— Ya regreso— murmuró en mi oído, dejando un pequeño beso en mi mejilla antes de partir junto al rubio. 

Mordí mi labio inferior, viéndoles desaparecer por la puerta justo antes de sentir que alguien me observaba desde la lejanía. Di un cuarto de vuelta, viendo a Alex desviar su mirada desde una de sus esquinas.

Caminé hacia ella, deteniéndome a un par de pasos esperando a que centrara su atención en mi.

— Estás enfadada conmigo— soltó sin mirarme — por eso me enviaste a lavar platos mientras ustedes se divierten.

— No estoy enfadada— repliqué, apoyando mi cuerpo contra la pared — aunque debo admitir que las cosas hubiesen salido realmente mal si no hubiésemos tenido a Faux de nuestro lado para convencer a Kill-J. Como lo habrás notado para ahora, esta gente está más que lista para asesinar lo que se interponga en su camino, la vida real no se asemeja a ningún entrenamiento. 

— Entonces crees que seré un obstáculo si me das un papel más importante.

—Literalmente te envié con el líder de los ángeles caídos, Alex.

— Sí, para que hiciera de niñero— gruñó, girando de golpe y dedicándome una mirada fría — sabes que estoy lista para cubrir tus puntos débiles. 

— No sin descuidar los tuyos. Así que por ahora, es mejor que apoyes desde otras perspectivas. 

— Apuesto a que no hiciste eso cuando tenías mi edad — una pequeña risa se escapó de mis labios, encontrando gracioso el hecho de que apenas hubiesen tres años entre nosotras. Frunció el ceño de inmediato — Lucif me dijo que comenzaste de mi edad. 

— A punto de cumplir los dieciocho — corregí, captando nuevamente la figura de Ryan y Faux en la entrada, cargando los trajes consigo — y no me enorgullezco de la manera en que actué en ese entonces. A pesar de que mi entrenamiento de alguna manera comenzó desde los ocho años, cometí errores que me hicieron perder gente que me importaba. No cometeré el mismo error dos veces— sentencié y con ello, comencé a caminar en dirección a los chicos, sin darle tiempo para alguna respuesta. 

Sin reglas ni principios 2Where stories live. Discover now