Especial San Valentín: La mejor decisión

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Ryan ajustó el agarre de nuestras manos entrelazadas, haciéndome notar que todo estaría bien.

Me miró suavemente de reojo, apenas quitando la mirada de la bahía en la que aparcaba, un relativamente amplio lugar frente a una gran casa de campo pintada en blanco y custodiada por un amplio y diverso jardín de flores.

Suspiré profundo, de repente sintiendo un pequeño golpe desde la silla de atrás justo en el momento en que Alina, mejor conocida como Angelique y aun llamada Lucif, se recostó en el espaldar, mirándome con deleite.

- Ni en las misiones más complicadas te vi tan nerviosa- comentó ligeramente burlona, provocando que le dedicara una mirada poco creíble.

Los meses habían pasado y el tiempo había servido para afianzar la amistad que antes había formado como mi superiora. Pero las cosas ya no eran así, éramos iguales y ya no trabajaba para ella, sino con ella. Aun así, en aquel momento, solo era la hermana de mi prometido, aquella que había planeado el fin de semana que pasaríamos juntos para conocer a su madre.

La señora Knight. Finalmente conocería a la madre de Ryan y vaya que sentía que podía desmayarme en cualquier momento.

- Nunca me comporté así cuando iba a conocer a tu madre- agregó Ryan justo cuando el auto se detuvo y desabrochó su cinturón - De hecho, Vanessa fue bastante cooperativa en aquel entonces y no era exactamente una santa.

- Deberías decírselo cuando ella y su nuevo novio vengan a la boda, vivir en la playa le ha ayudado a disminuir sus impulsos. Puede que incluso no intente conquistarte - le vi salir del auto para abrir mi puerta y la de Alina al tiempo.

- Me aseguraré de hacerlo, pero hoy no soy yo quien debe preocuparse por causar una buena impresión.

- Creí que intentabas tranquilizarme- me quejé al tomar la mano que me ofrecía, saliendo al tiempo que Alina, mientras ella avanzaba por su cuenta - Ahora siento que moriré en cualquier momento antes de llegar a esa puerta - hice un mohin, sintiendo su agarre alrededor de mi cintura - ¿Y si no le agrado? ¿Y si no me aprueba?

Ryan sonrió dulcemente, dejando un corto beso repleto de ternura sobre mis labios.

- Estaría loca donde no aprobara a la mujer más valiente, hermosa, inteligente y perfecta del mundo- murmuró sobre mi boca - por otro lado, aun si no lo hiciera, nada me detendría de casarme contigo - mi estomago dio un vuelco ante sus palabras y no dudé un segundo más en estampar mis labios sobre los suyos de un forma más profunda.

Abrió sus ojos sorprendido y ciertamente divertido y, sin esperar un solo segundo más, deslizó sus manos por mi muslo, subiendo uno de los extremos de la falda y clavando suavemente sus manos en mis nalgas.

- ¡Hola mamá!

La voz de Alina resonó a nuestras espaldas, provocando que de un solo empuje me separara mientras Ryan soltaba una fuerte carcajada.

La chica se abalanzó sobre una hermosa mujer de mediana edad y pequeña contextura. Sus ojos almendrados estaban entrecerrados a causa de su sonrisa y su oscuro cabello corto estaba recogido en uno de sus costados por un prense de flores.

Tan pronto como se separó, sus ojos se posaron inmediatamente en nosotros, escaneándonos juntos y luego por separado hasta estancarse en mi. Cualquier rastro de una expresión desapareció conforme avanzó hasta llegar justo al frente, deteniéndose frente a mi y desviando su mirada unos segundos a nuestras manos entrelazadas y el anillo en uno de mis dedos.

Extendió su mano, posándola suavemente sobre mi hombro y provocando que traga en seco. ¿Acaso nos había visto unos segundos atrás? ¿Debía excusarme? ¿Saludarle? ¿Asegurarle que iba a cuidar de Ryan con mi vida entera? ¿Decirle que lo amaba? ¿Pedirle que me aceptara en su familia?

Sin reglas ni principios 2Where stories live. Discover now