Sin reglas ni principios 2

SRNP: Dos temporadas en un capítulo.

Buenas noches chicos.... lo sé, lo sé. He estado más desaparecida que el hijo de Limber ( Si no saben quién es, les recomiendo que busquen) pero la verdad, si quería tener la posibilidad de escribir con libertad, debía deshacerme de la universidad primero. Debo admitir que mis horarios apenas me dejaron dormir y sí, lamento mucho quejarme tanto de eso en cada una de las explicaciones que doy, pero no se imaginan la carga académica tan fuerte que representa mi carrera

En todo caso, primero prometo restablecer mi agenda el próximo semestre de tal manera que me quede tiempo para publicar y segundo, prometo llenarlos de acción en estas vacaciones. Por otro lado, como lo mencioné en mi muro esta tarde, me han propuesto hacer un recuento de las dos temporadas hasta el momento para continuar como se debe y como me pareció una excelente idea ( a pesar de que amaría lo leyeran todo de nuevo para tener mayor exactitud) me he puesto en la tarea de hacerlo, antes de publicar el siguiente capítulo.

Espero lo disfruten y ya que estamos en estas, díganme, ¿Cual ha sido su escena favorita?

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Primera temporada: El pecado ha sido adoptado por mi familia.

Nos encontramos con Cinthia Taylor, una adolescente con una vida relativamente común. Tiene dos mejores amigos que la aman, una madre joven que se cree stripper de tercera y un promedio académico considerablemente alto teniendo en cuenta que se la pasa metida en problemas. 

Y no es que sea un amor unilateral, de hecho los problemas la persiguen a ella mucho más de lo que un chico alguna vez lo ha hecho.

No obstante, el control que mantiene sobre su vida se ve interrumpido cuando su madre, en búsqueda de una presencia masculina que corrija su actitud, decide adoptar un chico.

A sus diecisiete años, Thia no cree que sea posible que ella se haya decidido por meter en su misma casa a un pandillero de primera, condenadamente sexy y arrogante hasta la médula que aparentemente tiene 18 años. No esta segura de cómo lo logró, pero Vanessa, su progenitora, había prometido convertirse en tutora de quien seguramente no había hecho nada bueno para necesitar una reinserción a la sociedad.

De esta manera comienza su travesía al tener que convivir con Ryan Evans, que caprichosamente decide llamarla Sin y parece tener un propósito escondido, además de un agridulce gusto por llevarla hasta sus extremos.

Pero los problemas no comienzan en realidad hasta que ambos se ven involucrados en un incendio en una fiesta que lo lleva a él a salvarla, y a ella a comenzar con una serie de recuerdos sobre un incendio pasado y conocimientos que había mantenido contenidos en lagunas mentales.

Nuestra protagonista, decide emprender un viaje para descubrir lo que ocurrió aquella noche de sábado y de esa manera es que termina siguiendo a Ryan y no solo eso, sino involucrándose con su pandilla y el estilo de vida que el joven lleva, lleno de autos, carreras, armas, lugares peligrosos y por supuesto, gente que está dispuesta a asesinarlos y gente que deben asesinar si desean evitarlo.

Evans ha resultado el pecado en persona. Y pasa de llevarla a un asesinato por entrega, a terminar en un motel olvidado luego de haber escapado de quienes querían matarles, los primeros en una larga lista que Cinthia descubrirá. Pero eso no será lo único que notará, sino también la manera en que Ryan parece ser un chico diferente al que ella estipulo, claro, un arma de guerra impresionante con un atractivo sexual que lograría dejar en embarazo a todo un ejército con una mirada. Pero también, un chico que parece conocerle mejor que nadie, que la protege y quizá, solo quizá, que posee ciertos sentimientos por ella que ninguno de los dos ha logrado descifrar.