13. Sospechas.

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Enrollé los brazos al rededor de mi cuerpo, casi dándome un abrazo de consuelo y sin poder obviar los diferentes cambios de expresión que él había tenido a lo largo del día.

Familiaridad, eso lo había notado una y otra vez, como si reconociera algo de mi en si mismo, pero no pudiera descifrar de qué se trataba. Y no solo eso, a pesar de que me había advertido no cuidaría de mi, no dudó en cubrirme cuando resulté desnuda frente a toda una tienda e incluso había reconocido la pequeña manía que mantenía cuando pensaba, lo suficientemente rápido como para salvar el celular.

"Don't give up on me" me recordé, valorando la idea de que al dejarme esa nota, él hubiese previsto todo lo que estaba sucediendo. Hacía eso por Ryan Knight, por descubrir qué le había ocurrido y porque después de todo, sentía trazos de lo que alguna vez había sido detrás de esa fachada alejada e irreverente.

Apreté mis puños llenándome de fuerza, los pequeños indicios me llevaban a pensar que podía volver a lo que fue antes de Dexter. Solo me faltaba saber cómo y para ello necesitaba el por qué. No obstante, tenía claro que si quería hacerlo, no podía dejarme amedrantar por lo que su crueldad causara en mi.

—¿Puedes escucharlo?— Preguntó interrumpiendo mis pensamientos y acompañándose de  una sonrisa cínica que dejó recorrer un brillo sobre sus ojos avellanados —Es el perfecto sonido de tu corazón al romperse— completó con una actitud autodidacta, como si los últimos segundos le hubiesen complacido al notar como luchaba contra mi propio raciocinio. Descuidando mi cordura.

— No hay corazón que romper— repliqué acercándome a él mientras mi mirada recorría su rostro deteniéndose en sus labios que de inmediato realizaron una mueca de superioridad. Debía permanecer siempre un paso adelante y para ello, no podía volver a dejar salir a Cinthia Taylor, no si de mi dependía.

Hizo una pausa, como si buscase las palabras que tanto había querido pronunciar.

—No se a quien te recuerde pero no soy quien tu esperas. Esa persona te dejó, preciosa. Acéptalo. Superalo. Avanza — Soltó con algo de maldad provocando que mis dientes rechinaran con rabia y rápidamente le empujara posicionando mis manos sobre su pecho.

Ya no me importaba estar en ropa interior o que quizá el hombre de la tienda hubiese alertado sobre un chico armado que huyó sin pagar. No me importaba que tan hirientes pudiesen ser sus palabras, porque por primera vez notaba algo en su tono que había estado ausente desde que nos reencontramos. Algo que recalcaba mis sospechas y se resumía en la intencionalidad que expresaba. 

No estaba siendo distante o irreverente. Expresaba sentimientos que quizá el tampoco comprendiese.

— ¿Que harías si lograse penetrar en tu mente? ¿Sería tan fácil de olvidar?— Indagué acortando progresivamente la distancia entre nosotros.

— ¿Bromeas?

Una amplia sonrisa se extendió por mi rostro ante la familiaridad de esa pregunta saliendo de sus labios. Aun podía verlo en la parte de atrás de aquel camión, sumido en la oscuridad y repitiendo esa misma respuesta ante la misma interrogación.

 — Cuento los segundos para que terminemos esto y nos podamos volver a encontrar*  —murmuré para mi misma, alejándome y dándole la espalda justo después de tomar el vestido. Quité mis sostén, deslizando la tela negra y subiendo la cremallera con la rapidez que debí tener en la tienda.

Giré nuevamente sobre mis talones, doblandome un poco mientras quitaba mis botas y me ponía los tacones y enseguida dedicándole una mirada autodidacta.

 —   Será interesante manejar una motocicleta con esta ropa—  comenté, intentando alargar la parte baja del vestido.

Ryan permanecía callado, como si no esperase que tomara tan bien su petición de olvido. De repente su mano se estiró mientras señalaba a una de mis piernas.

Sin reglas ni principios 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora