Celina
Después de tomar algunas municiones esperamos que llegara quien se suponía sería nuestro guía, las palabras de quien nos había ayudado en la carretera no pasaron desapercibidas, detenidos y corriendo estábamos en peligro y la única oportunidad que teníamos podía ser solo una fantasía.
Cuando por fin se abrieron dos grandes puertas a través de ellas entraron varios buses los cuales parecían incendiarse.
—Todos organicense y prepárense rápido para subir.—un chico anunció por megáfono.
—Todos debemos mantenernos juntos.—ordenó Thomas acercándose con un bulto en mano.
Mientras se formaban filas frente los buses el sujeto de gafas oscuras que nos había salvado se acercó.
—Escucha—musitó a mi costado—no me debes nada pero me gustaría pedirte que entierres esto en las tierras de Chicago, es de donde era mi esposa y siempre quiso que al morir la enterrara donde nació, por favor te lo pido,—puso una pequeña caja marrón entre mis manos—es todo lo que pude tomar de ella antes de escapar de aquel lugar.
—No lo puedo prometer pero si logramos llegar a salvo lo haré—acepté su pedido en forma de agradecimiento y él asintió, creo que por algún motivo entendí un poco de sus sentimientos.
Al subir al bus tomé asiento junto con mi hermano guardando la pequeña caja no más grande que un puño entre mis bolsillos.
•••
Ya había pasado suficiente tiempo desde que habíamos dejado el lugar y durante todo el camino todo parecía estar tranquilo, incluso Thomas quien era el más atento se había quedado dormido, eran unas cinco guaguas, todos con los cristales cubiertos evitando el poder ver hacia afuera.
Escuché decir que cada una de ellas contaba con la misma capacidad de personas y que era sorprendente el tamaño de iluminación que poseía cada una por sí sola, y al estar las cinco juntas todo a nuestro alrededor podría verse a la perfección.
Fue algo que me tentó, desea ver la ciudad, quería ver en lo que se había convertido después de todo ese tiempo, pero a la vez me atemorizaba el tener la oportunidad de echar un vistazo y arrepentirme de haber deseado ver.
—¿Qué es lo primero que harás al salir de aquí?—preguntó Noah sentado tras de nosotros como si estuvimos a punto de bajar de la montaña rusa.
—Arreglar mi cabello y tomar mucha cerveza—confesé sin olvidar la caja en mi bolsillo.
—Eso no suena mal, yo espero comer mucha carne y tener mucho sexo.
—¿Qué pasa? ¿Por que nos detenemos?—pregunté intentando levantarme a ver.
—No lo sé.
—No esperaban que sea un viaje tranquilo ¿o si?—espetó L.—debemos estar preparados para todo.
Terminé por dejar el asiento intentando poder notar lo que sucedía, me moví unos pasos hacia adelante hasta quedar al lado del conductor, éramos la cuarta guagua por lo que solo podíamos saber lo que informaban los de adelante.
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Noche Eterna
Science FictionEn un nuevo mundo ha oscuras la humanidad se encuentra atemorizada con la idea de abandonar sus casas cuando todo lo que se escucha son los gritos de desconocidos rogar por ayuda. El día en que la tierra regreso a la plena oscuridad y en cambio de l...