Capítulo 10

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Noah

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Noah

Llegado el momento de cruzar las puertas del almacén sentí un leve escalofrío recorrer mi cuerpo, era una locura, la peor idea de todas, L y yo éramos los más rápidos del trío, por otro lado Er era quien conocía exactamente que necesitábamos y como obtenerlo.

Debíamos correr entre la oscuridad solo con dos antorchas y esperar no perdernos ni cruzarnos en su camino. Lo que Er había dicho sobre el calor no era del todo estúpido ya que también lo había pensado pero no dejaba de ser una pequeña inquietud.

Estábamos contando con la iluminación de los buses, la cual según el chico era de casi quinientos metros, pero claro, cuando todos se encontraban en buen estado y esperando que algunos hayan logrado sobrevivir al ataque podíamos esperar tal vez unos cien o trecientos.

—Pronto deberíamos poder verlos—contó Er jadeando

—¿Aun sin saber cuantos de ellos fueron volcados?

—Eso es lo que espero, incluso me sorprende lo mucho que mi resistencia ha mejorado durante este tiempo corriendo de un lado para otro.—se mofo él corriendo hombro a hombro conmigo y L quien estaba muy silenciosa.

—¿En serio? porque yo siento que mi cuerpo empieza a traicionarme.—confesé.

—Ya casi estamos cerca, el hedor empieza a aumentar.—soltó L sujetando su antorcha.

—Es cierto, es asqueroso—dijo Er.

—Creo que ya puedo verlos.

—Yo también alcanzo a ver algo, démonos prisa—pidió la militar tomando la delantera, como si no temiera a esas cosas.

Al llegar al lugar varios de los bus que aun permanecían allí se encontraban en mal estado, uno volcado, otro aplastado o arrastrados fuera de la carretera pero más que los ellos, los cuerpos sin vida y mutilados que se podían ver gracias a la gran iluminación del fuego que se desprendía de las guaguas que se mantenían fue una perturbadora imagen que en ese instante supe nunca lograría sacar de mi cabeza.

—¿Vieron algo?—pregunté moviéndome hasta ellos.

—No creo que alguna esté cerca.—dijo L dejando la antorcha sobre el suelo.

—¿Vieron todos esos cadáveres?—inquirió Er.

—Enfoquémonos en esto—indiqué —¿crees que puedas encenderlos?—pregunté llevándome las manos a las caderas.

—Eso creo, de todos modos ¿creen que puedan conducir los demás? nos sería de mucha ayuda, solo necesito tomar algunas piezas, trabajaré en ellas para mejorarlas y tomaré algunas detalles de los restantes, algunos de los buses tienen herramientas que nos serán de mucha ayuda para armar y desarmar, y mejor aun no tendremos que preocuparnos por buscar autos, solo debemos mejorar los que ya tenemos—golpeó dos veces el bus frente a él.

Noche EternaWhere stories live. Discover now