Capítulo 7

35 7 2
                                    

Celina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Celina

Recorrimos la carretera protegiéndonos con lo que habíamos armado, era algún tipo de escudo donde nos resguardábamos dentro evitando que aquellas cosas se nos acercaran. Thomas estuvo todo el camino quejándose, y es cierto, en el pasado estuve deseando encontrarme con nuevas personas pero el nuevo integrante resultó ser más molesto de lo que pensé.

—Es cierto que parecen temerle al fuego pero una cosa es usar lava y otra llevar algunas flamitas alrededor caminando sin dirección.

<<No podía dejar de desear que él también hubiera sido uno de los arrastrados>>

—El chico de la radio indicó salir lo más pronto de la ciudad.—comentó Noah ahuyentándome de decirle dos cosas al militar.

—Así que si te comunicaste, ¿Qué más te dijeron? ¿hubo alguna orden?—Thomas buscó información como si esperara enterarse de algo.

—Solo dijo que nos quedan tres días, lo que realmente resulta preocupante.

—¿Y qué hay de las personas de allá atrás?—inquirí—¿no les importan sus vidas? tú ni siquiera te inmutaste por tus hombres.

—No vale lamentarse por los ya muertos.—expresó suciamente el militar.

—Y es tan fácil para ti decirlo.

—Qué esperas ¿Qué mienta o qué hable como político? No es ninguna mentira que en algún momento esas cosas terminarían entrando y matándolos a todos. Además hemos estado viviendo sabiendo que las calles están repletas de trozos de carne humana, creo que deberías superarlo.

—Tiene razón, no podemos volver por ellos, solo nos atrasarían y seríamos un objetivo más grande además no tenemos mucho tiempo—opinó Noah—la salida de la ciudad aún está muy lejos y tendremos que hacerlo caminando.

—¿No podemos tomar un vehículo?—pregunté.

—Si lo hacemos nos volcarán.—me contestó Noah quien aparecía que estar más con los militares que conmigo, y la verdad no podía decir nada, solo habían pasado horas desde que lo había conocido, y no desconocía si todo lo que me había dicho era cierto o no.

—Podemos poner el fuego alrededor del vehículo y hacer que funcione—opiné dejando volar mi imaginación.

—No lo hará, se apagarían en cuanto acelérenos es una idea que no nos sirve para nada en este instante, por el momento tu idea con los tubos parece estar trabajando pero en algún momento se apagarán, debemos buscar suministros.—me dejó saber como si llamara mi atención.

Y cierto era que esas cosas no nos habían estado siguiendo y quizás por eso había funcionado, con lo grande que eran no creo que realmente ese fueguito hubiera servido de algo, al menos que realmente odiaran la idea del calor cerca de ellos.

Noche EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora