Capítulo 16

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Creía que era difícil perderse en una isla tan diminuta, pero no contaba con lo sencillo que podía resultar desorientarse en la niebla

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Creía que era difícil perderse en una isla tan diminuta, pero no contaba con lo sencillo que podía resultar desorientarse en la niebla. Sunan suspiró por quinta vez y yo me apoyé en un roble cercano. Habíamos encontrado tres manzanos, con sus ramas salvajes apuntando en todas las direcciones, pero ninguno se parecía ni por asomo al que llevaba en el colgante.

Ahora comprendía el miedo que inspiraba Morwen. No era por los espíritus, sino por la facilidad con la que la gente podía perderse y desaparecer para siempre entre sus robles y sus manzanos. La niebla era como un monstruo gigante y silencioso que devoraba a los más incautos y los hacía deambular hasta su último aliento.

—Creo que ya hemos pasado por aquí —anunció Sunan.

Tenía razón. Era el mismo árbol cuyas vetas parecían panecillos. Habíamos intentado no adentrarnos en la profundidad de la isla, pero aún así era difícil poder orientarse.

—Deberíamos empezar a marcar el camino para no perdernos —sugerí.

—Aisha, ya estamos perdidos.

—La isla no es tan grande, debe haber una forma de entrar y salir —insistí.

—Es un laberinto, por eso la gente la teme tanto —dijo, poniendo voz a mis pensamientos.

Inspiré hondo. No podía dejarme llevar por el pánico, no ahora.

—El miedo es más mortífero que la falta de orientación, así que vamos a mantener la calma y a buscar el manzano torcido —dije—. Tiene que estar en alguna parte.

En ese momento, Dickens maulló en alguna parte del bosque, y el miedo me clavó las garras en el pecho. Si el gato nos había seguido hasta allí, también estaría perdido. Sunan y yo nos miramos, preocupados, y yo le llamé en voz alta. El animal respondió. Parecía asustado.

—Creo que nos ha seguido —murmuró Sunan con preocupacion.

—Tenemos que encontrarle. Si se pierde aquí, no sobrevivirá.

El gato volvió a llamarnos, desesperado, y yo no pude más.

—Vamos a buscarle —dije antes de echar a correr hacia la zona más profunda de la isla, llamando al animal a toda voz.

Los lazos del mar [COMPLETA]Where stories live. Discover now