Extra

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Este es un extra +18 que he decidido plantar en medio de la novela porque why not? Aclarar que  no es de obligada lectura, pues no cambia la trama ni la evolución de la novela, solo es eso, un extra donde podéis disfrutar de las intimidades de nuestros dos protagonistas. 

Sin más, os dejo con el extra antes de que empecéis a hacer scroll en mi nota con cara de hastío.


Sunan y yo alcanzamos nuestra habitación casi a trompicones, entre besos, "te quieros" susurrados al oído y abrazos espontáneos

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Sunan y yo alcanzamos nuestra habitación casi a trompicones, entre besos, "te quieros" susurrados al oído y abrazos espontáneos. En cuanto estuvimos en la habitación, cerré la puerta de una patada y él dejó un camino de besos desde mi mandíbula hasta mi cuello, haciéndome estremecer.

Me separé de él, mirándole a los ojos, y me quité el vestido lentamente. Su mirada no se separó de la mía hasta que el vestido cayó al suelo en un silencio únicamente opacado con nuestras respiraciones entrecortadas.

Sunan recorrió cada centímetro de mi cuerpo con la mirada. Estuve a punto de recuperar el vestido y cubrirme con él, pero sabía que no tenía nada que temer, no con él. Así que, cuando se acercó a mí con lentitud, me quedé muy quieta, expectante.

Levantó la mano y me acarició la mejilla con suavidad. Yo cerré los ojos y exhalé un suspiro.

—Eres maravillosa —susurró mientras sus labios seguían el recorrido de sus manos—. En todos los sentidos.

Abrí los ojos y le sonreí. Con manos temblorosas, me aventuré a pasar los dedos por encima de su camisa hasta llegar al punto en el que se perdía bajo el pantalón. Entonces, tiré de la tela y deslicé la mano bajo ella, ascendiendo hasta llegar a su pecho.

Él soltó un gruñido gutural y me ayudó a quitarle la camisa. No supe en qué momento tiré de sus pantalones y tampoco cuándo desaparecieron sus zapatos. De pronto, la ropa estaba en el suelo, a nuestro alrededor, mientras nosotros nos mirábamos a los ojos.

Di un solo paso atrás para verle mejor. A través de la ventana, la luz de la luna se colaba a raudales, besándole la piel y permitiéndome verle.

Sunan era perfecto.

Tenía la piel del dorado del sol y los músculos del abdomen y el pecho delineados. No había un solo rincón de su anatomía que no me pareciera digno de ser inmortalizado para siempre.

—Aunque aprecio la forma en la que me comes con la mirada, lo cierto es que me encantaría besarte ahora mismo.

—Nada te impide hacerlo —respondo.

Él se cruzó de brazos y arqueó una ceja, sonriendo de lado.

—No quisiera interrumpir tu escrutinio, solo avísame cuando hayas terminado.

Me eché a reír y di un paso hacia él.

—Me temo que prefiero hacer el escrutinio desde cerca.

Los lazos del mar [COMPLETA]Where stories live. Discover now