El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]

Capitulo 13: "Siempre ella"

~ Shace White ~

Siempre fue ella. ¿Una razón? La hay.

Comence a quererla más de lo que ya lo hacía, a partir de los nueve años. La veía pasear por los pasillos de la escuela, junto a un chico de cabello castaño, un poco más alto que ella. Adam. Era el nombre del chico. Y ella, se llamaba Vanessa.

Ella siempre a vivido aquí en la ciudad, pero nunca le había puesto atención, no hasta ese momento.

Sus cabellos rojizos me parecían demasiado llamativos, sus ojos color miel, me parecían adorables, y sus facciones siempre fueron finas. Me gustaba verla desde lo lejos. Aún que... A veces me desagradaba verla muy cerca de ese chico castaño.

Cuando recién cumplí los diez años, me asignaron a una diferente clase, era la misma escuela, pero no la misma aula. Cuando me enteré en qué aula estaría, fue el mejor día de mi vida.

Pues compartiría clases con la pelirroja. No sabía cómo acercarme a ella, así que solo podía verla desde lo lejos mientras conversaba con los chicos, o aprovechaba el momento de molestarla.

La primera vez que la moleste, fue cuando jale de su cabello. La verdad es que cuando ella me miró casi arrancando mi cabeza de pensamiento, me quedé helado, y perplejo.

Para después decir: "ella será mi esposa".

Si, lo se, tan solo tenía diez.

Pero ya me moría por Vanessa.

Pasaron los años, y fuimos creciendo.
Nos graduamos de sexto año, para estar en séptimo. Las cosas siguieron igual, comencé a darme cuenta que de verdad la amaba con todo mi ser. En octavo año, me le declaré. Le dije a la amaba, y que siempre me había gustado.

Desde ese entonces, ella y yo dejamos esa guerra de niños pequeños, que se hacían cuánta travesura podían.

Nos graduamos de noveno año, para estudiar primero de preparatoria. Durante esas vacaciones, mis padres decidieron ir a un viaje largo en Alemania. Por supuesto que durante esos largos meses la extrañe demasiado.

En ese trayecto decidí teñir mi cabello rubio, de plateado, y dejarlo crecer un poco.

Si. Yo era rubio...

Comence a hacer ejercicio, comencé a hacer deporte, comencé una vida más sana, y llena de oportunidades para mi futuro.

Al volver, lo primero que hice fue buscarla a ella. Por supuesto que idee un plan para eso.

Ese día, yo la encontré a ella en la cafetería de la ciudad.

Dios...

Su cabello rojizo y ondulado había crecido hasta su cintura. Sus facciones se volvieron más finas, sus ojos brillaban más que nunca. Su cuerpo dejo de ser el de aquella niña de secundaria, para ahora ser el de una chica de diecisiete años. Vanessa... Nessa... Mi nessa.

Cuando ella me vió ese día, una sonrisa apareció en su hermoso rostro. Lo primero que hizo fue abrazarme, y decirme que me había extrañado.

Y a su lado nunca podía faltar el castaño, quién ha estado pegado a ella desde los nueve años. Adam, quién también había cambiado demasiado, me saludo feliz de verme.

Eso fue hace casi un año.

Ahora nos encontrábamos Nessa, Elliot (mi mejor amigo de la infancia) y yo, tirados en el césped, durmiendo.

Bueno, al menos ellos.

Me incorpore, y lentamente me acerqué a Nessa, solo para asegurarme de que no esté incómoda o algo por el estilo.