El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]

Capitulo 15: Una vida, y Adam solo hace tonterías

— ¿Se puede saber por qué me odias tanto?

— No seas dramático, ya has desayunado, ahora solo queda comprar los ingredientes para los muffins.

—¡Ni en mi cumpleaños me hiciste Muffins, Nessa! — reprochó Adam, haciendo un gesto dramático.

—Tranquilo, de todas formas los comerás — Dije con una sonrisa.

Adam y yo, estábamos en el mini super de la ciudad. Cómo Adam se había quedado a dormir conmigo, decidí levantarlo temprano, y desayunar, para que me ayudara en las compras.

Haríamos Muffins con chispas de chocolate. Eso, por qué quería hacer un pequeño picnic en el bosque de la ciudad. Sería solo un pequeño rato, y solo invitaría a Shace, y desde luego a Elliot. Y yo estaba emocionada por ver al segundo.

—¡Mira Nessa! —adam me mostró unos moldes de corazón de varios colores con mucha emoción.

—Los compraremos — dije echándolos al carrito.

—Entonces... Harina, chispas de chocolate, y... Moldes de corazón — musitó el castaño —¿Es todo lo que faltaba? — pregunto.

—Si, lo demás está en casa... Ahora... ¿Sabes hacer los muffins? — pregunté sonriente.

Adam me miró perplejo, y después cerró sus ojos, y coloco una de sus manos en la frente.

—Dime que sabes hacerlos...

Solté una risa nerviosa, y jugué con mis dedos.

—No.

Adam se dejó caer en el carrito, y hundió la cabeza en una de las bolsas.

—¡Nos vas a envenenar!

Abrí mi boca ofendida, y di un golpecito en su hombro.

—¡No es verdad, me quedarán geniales! — replique cruzandome de brazos.

—¡La última vez que cocinaste, me dió diarrea!

—¡Nadie te manda a tener una tripa débil!

—¡Pero si eso estuvo crudo!

—¡Es que no sabía! — chillé.

Adam y yo nos cruzamos de brazos, y por unos segundos nos pusimos mala cara. Después no pudimos soportar, y nos abrazamos.

—Oh, no me puedo enojar contigo-— dijo Adam besando mi cabello.

—Ni yo contigo — sonreí mientras abrazaba su cintura.

Terminamos las compras, y salimos del mini super, subiendonos al auto de Adam.

— Podríamos ir a la escuela en auto, pero no quieres —reproche.

—¿Y dónde queda el ejercicio, Nessa? — bufó con una sonrisa.

—Si, si... ¿Crees que vayan a quedar geniales? Tendremos toda la cocina libre para nosotros, mamá no está, y creo regresará mañana por la noche — comencé a revisar las compras.

—Es raro que Eleonor siempre esté en casa, ayer me dijo que cuidara de ti, ya le he dicho a mi madre que me quedaré contigo una semana — sonriente hizo una pose, y siguió conduciendo.

Prácticamente Adam vivía conmigo, y prácticamente era como el segundo hijo de mi madre. Así que no era nuevo el que se quedará en mi casa.

—¿Sabes que quiero? Hacerlos esponjosos — dije, mientras revisaba los moldes.

—Quedaran bien... Espero...

—¡Adam!

El castaño se echó una carcajada, y me acarició el cabello.