El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]

Capitulo 14: La promesa que mantuvieron los dos

~ Vanessa Renner ~

Entré a la casa, y lo primero que vi fue a mi madre, hablando por el teléfono.
La saludé de beso, subí las escaleras, y entré a mi habitación, dejándome caer en la cama.

Fueron dos días muy pesados... Si.

Escuché pasos acercarse a mi puerta, cuando me incorpore un poco. La puerta se abrió, y después se asomó el rostro de Adam, quién me dió una sonrisa cansada.

—Hey, Nessa — saludo con pocos ánimos, dejándose caer en mi cama, justo a mi lado.

—¿Cómo te has sentido? —pregunte, acariciando su cabello castaño.

—Solo he tenido un pequeño resfriado, es todo...

Suspiré, y me recargue en su pecho. El paso un brazo por mis hombros, y me abrazo.

—¿Y bien? ¿Cómo les fue a ustedes? — pregunto.

Dude unos segundos en responder. No sabía que decir a eso, por qué literalmente estaba entre dos chicos que causaban en mí, sentimientos; sentimientos distintos, pero al fin y al cabo, los ocasionaban.

—Creo todo estuvo bien... Me sentí bien, no estuvo mal. Dormimos bajo el árbol de manzanas, en la colina.

Adam suspiro, y se mantuvo en silencio al igual que yo.

No era un silencio incómodo, nunca los fueron. Él es mi mejor amigo, jamás tendría por qué ser incómodos.

—Te gusta Elliot, ¿Verdad?

Su pregunta me hizo levantarme de golpe, y mirarlo algo asustada.

—N-no... Osea... No —comence a tartamudear, y a sentirme nerviosa.

Adam alzó una ceja, y después se incorporó igualmente.

—Te gusta —afirmo él mismo.

Lo miré unos segundos, pero después agache mi mirada.

—Si.

Mierda... Todo lo que no quería, era que alguien me gustará, que alguien llegara a hacerme sentir algo así. No quería eso, no quería amor, odiaba el amor. Odiaba tener que hacer todo esto, por qué era así de imbécil. No quería enamorarme, no quería, me rehusaba.

Una lágrima bajo por mi mejilla. Pronto fueron dos. Y después fue un mar de ellas.

Adam rápidamente me abrazo, y yo me aferré a su pecho desconsolada.

—No quiero enamorarme... No quiero... No quiero terminar como mamá y papá... — solté por lo bajo, gimoteando.

Adam paso una de sus grandes manos por mi cabello, acariciándolo. Me abrazaba con delicadeza, y trataba de darme mi espacio para desahogarme.

—Tranquila mi niña —susurro —Tú no eres mamá y papá... Eres Nessa. Y Elliot tampoco es como tú piensas que será — dijo por lo bajo — Si él te gusta, está bien; si tú le gustas, también está bien —alce mi mirada hacia él, y lo miré como el gato con botas.

El sonrió tristemente, y yo me volví a recargar en su pecho.

—¿Tú crees... Tu crees que yo le gusto? — pregunté en un hilo de voz.

—No estoy seguro Nessa. Los hombres demuestran su cariño mediante muchas formas... Por ejemplo la mirada...

Mire a Adam con el ceño fruncido, él pareció entender lo que dijo, y sonrió inocentemente.

—Bueno, en el caso de Elliot... Es... Bueno... — se tapo los ojos con su mano libre —¡Ay, iré al infierno por reír sobre esto! — chilló.

Volteé los ojos, y ahora yo lo consolaba.