13. Al agua patos

13 0 0
                                    

Daniel bajó los binoculares y suspiró. Miró a sus compañeros y pensó lo que iba a decir.

"Esto es lo que vamos a hacer", dijo Daniel después de un silencio. "Tenemos que actuar pronto. Ya les hemos dicho por qué. Ellos van a activar unas sirenas que tienen instaladas alrededor de su pueblo. Eso va a dispersar un poco los apestosos que están en la playa. Pero es una medida que tiene sus ventajas y sus desventajas. Si bien va a atraer a los apestosos que están en la playa para que se vayan hacia el borde del pueblo, también va a atraer a zombis que estaban fuera hacia el pueblo. Así que espero que aprecien el sacrificio que están haciendo por nosotros. En cuanto estemos dentro y seguros, va a haber un periodo de un par de días en el que vamos a estar rodeados de una horda de la que nos vamos a tener que cuidar"

Cristian miró a la playa. Ahí estaban los zombis paseando y agradeció en silencio que no tendría que enfrentarse a ellos.

"Aquí viene el segundo problema", continuó hablando Daniel. Mientras tanto, Teresa estaba sacando cosas de su mochila y se las metía a los bolsillos de su chaleco. "Este truco funciona por poco tiempo. No tendremos más de unos minutos para poner los pies en la arena, correr a la casa que nos va a recibir, que es ésa azul que ven ahí delante"

Todos subieron la mirada. Efectivamente, una de las casas que pertenecían a la primera hilera tenía la pared pintada de azul. No tenía puerta.

"Cuando estemos cerca, dejarán caer una escalera de mano, por la que vamos a tener que subir", dijo Daniel. Teresa ahora estaba metiendo cosas a la mochila: Sus botines, sus medias, etc. "Nosotros tenemos que comenzar a nadar hacia la orilla cuanto antes. Cuando estemos por llegar a la playa, ellos activarán la sirena. En cuanto la escuchemos deberemos apresurarnos. Tenemos que mantenernos juntos. Si no, esto no va a funcionar"

Steph abrazó a su hija fuertemente.

"Así que no podemos llevar nada de más. Dejaremos todo lo demás aquí, flotando en este bote. Sujeto y amarrado, por si hay una tormenta. El bote se va a quedar anclado. Lo vendremos a recoger todo en cuanto podamos, en un par de días, quizás. Lleven solamente armas. Nada de recuerdos, Steph. Deja todo lo que tengas de valor sentimental aquí. Luego lo recogeremos. Y tú, Cristian. Deja aquí todos tus aparatos. Mételo en bolsas y sujétalo bien. No lleves absolutamente nada que no nos sirva para avanzar esos metros que hay del mar a esa casa azul"

Cristian asintió. Entendía la necesidad de dejar todo atrás. No le gustaba la idea, pero la entendía.

"Hay una cosa más. Teresa y yo estamos entrenados. Podríamos sobrevivir en el medio de esa horda sin problema. Leandro sabe defenderse. Lo hemos visto peleando con apestosos. Él no nos preocupa. Ustedes tres son el problema. No están en forma, no tienen entrenamiento, no saben usar armas. Así que ustedes tres son el principal riesgo"

Steph abrazó con más fuerza a su hija. Cristian no sabía cómo reaccionar.

"Así que esto es lo que vamos a hacer. Leandro, tú vas a ir primero. Tú vas a avanzar por delante de nosotros hacia la casa y esperamos que subas la escalera. No esperes por nosotros, ¿me entiendes? En cuanto llegues a la escalera, arroja lo que tengas en la mano y la subes. Olvídate de las armas que tengas en ese momento contigo. Las dejas caer y subes. Olvídate de nosotros. Necesitamos que te salves y que no seas un obstáculo para nosotros"

Leandro asintió. Después sacó de debajo de uno de los asientos, un arma de madera. Cristian la miró y no entendió cómo eso le serviría, pero decidió no pensar en ello. Daniel había dicho que Leandro sabía lo que hacía.

"Teresa y yo tenemos que abrir el camino en cuanto los apestosos comiencen a regresar. Eso quiere decir que nosotros no vamos a poder cargar a nadie. ¿Entienden eso? Ustedes dos, Cristian y Steph, van a tener que encargarse de la niña. Ustedes la tienen que hacer llegar a la orilla y luego llevarla, cargándola si es que hace falta, hasta la casa azul. Escucha bien, Cristian. Teresa y yo no vamos a poder hacerlo, así que es tu responsabilidad. Steph no ha comido bien por meses y está cansada. No va a ser de mucha ayuda. Pero tú. Tú has tenido una buena vida en las Siete Torres. No estás en buena condición física, pero por lo menos no estás débil. ¿Entiendes?"

Réquiem por TrujilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora