Cambio en la gerencia

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El espectro ocupaba más de la mitad del ascensor. Más que asustada, Rosa se sentía molesta. No le gustaba que la gente se le acercara demasiado. Mucho menos cuando se trataba de un fantasma que tenía el aspecto de haberse muerto hacía más de doscientos años.

―Está ocupando mi burbuja proxémica ―le dijo casi con asco.

El espíritu, que tenía todo el aspecto de un conquistador español de medio pelo, ya bastante consternado de por sí, tal vez por el sitio en el que se encontraba o por el mero hecho de que a Rosa no se le había movido un pelo al verlo, tardó en entender que se dirigía a él.

―Tu... ¿qué? ―fue todo lo que logró articular.

―Mi espacio personal ―explicó la mujer―. Está demasiado cerca.

―¿Eh? Oh, lo siento ―Se movió un poco―. No hay mucho espacio aquí. ¿Qué es esto? ―preguntó exasperado al chocarse con lo que tenía detrás.

―Un carro de limpieza.

―Ah.

El fantasma estaba visiblemente incómodo: miraba el espejo, jugaba con las manos, se acomodaba y se tocaba la armadura sin parar. A Rosa nunca se la había hecho tan largo un viaje en ascensor.

―Lo que no entiendo es qué hace alguien como usted en un lugar como este. ¿No debería encantar una estancia o algo por el estilo? ―preguntó.

El conquistador se pasó la mano por la nuca.

―Bueno, sí... De hecho, yo estaba asignado al lugar donde fallecí, pero como ahora es un punto en medio de la nada y hubo un cambio en la gerencia de la Administración de Personal Espiritual, me trasladaron aquí. La verdad es que no tenía ni idea de lo que era esto ―agregó abarcando con un gesto el espacio del ascensor― hasta que usted tocó el botón.

Tenía un aire de desolación que la mujer, a pesar de la animosidad casi natural que había sentido al comienzo contra el espíritu, no pudo evitar compadecerlo. Por eso, lo pensó unos instantes y, cuando las puertas se abrieron, decidió quedarse y sacar el carrito en su lugar.

―Está bien ―dijo con el rostro levantado hacia el espectro―. Ya que los dos tenemos un trabajo horrible en un lugar que no conocemos, le voy a explicar cómo funciona esto. Y vamos a pensar algunas ideas para que pueda embrujarlo  como corresponde.

―Gracias.

Ciudad mágicaWhere stories live. Discover now