Giro argumental ™

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El tipo observaba al edificio que tenía ante sí. La gente le pasaba por al lado casi sin prestarle atención, pese al atuendo estrafalario: una túnica descolorida, botas, báculo en la mano derecha y una bolsa en el hombro izquierdo. Las pocas personas que le dirigían la palabra lo hacían solo para obligarlo a correrse y dejar paso.

Cuando, después de la hora pico, el flujo de peatones se calmó, el Aprendiz reparó en una mujer que salía del edificio para detenerse en el cordón de la vereda. Se acercó a ella y le preguntó:

—Sepa disculpar, bella dama —La aludida lo miró de arriba abajo de reojo—, ¿podría decirme si este es el palacio de la ciudad?

Ella se lo quedó mirando a la espera de algo más. Al darse cuenta de que el Aprendiz esperaba una respuesta, le respondió lo único que se le vino a la cabeza:

—Este es el Palacio Barolo, sí. ¿Por qué pregunta?

—Ah, es que no lo parece. Sabe, estoy buscando a un joven más o menos de su edad...

Justo en ese momento, un muchacho de unos veinticinco años salió del edificio y se dirigió a la muchacha, a la que le dio un beso sin notar la presencia del otro.

—¿Hace mucho que me esperabas? Tuve que...

El Aprendiz no podía creer en su buena suerte. Había encontrado al Elegido antes que la malvada Señora de la Luna. Se acercó a él para tomarlo del brazo y le dijo:

—¡Te he estado buscando! Debes venir conmigo al reino de...

—¡Sacale la mano de encima! —exclamó la joven.

Tanto el Aprendiz como el novio se dieron vuelta hacia ella, sorprendidos. Una explosión de humo violeta los hizo separarse. Cuando se repuso, el primero se horrorizó al ver a la mismísima Señora de la Luna con su verdadero aspecto. Tenía al muchacho agarrado del cuello y se reía con una risa espantosa. Sin decir una palabra, hizo aparecer una escoba, se subió a ella y escapó con su presa. 

El Aprendiz se dio una palmada en la frente. ¡Cómo no lo había visto venir! Debía apresurarse si no quería que el Antiguo Maestro lo levantara en peso. Dio dos golpes con el báculo en el piso y se elevó en el frío del anochecer detrás de su excompañera de estudios.

Ciudad mágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora