♡ : PRÓLOGO

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Busan, Corea del Sur.

Los pasillos se hallaban totalmente solitarios, apenas existían pequeños grupos de estudiantes que corrían de un lado a otro queriendo entregar algún trabajo extra o tratando de llegar a la biblioteca. El aroma a omegas y alfas se confundía en el aire, mientras recorría el solitario y silencioso camino hasta su casillero.

En cuanto llegó a su casillero, no dudó en colocar todas sus pertenencias en el interior, esperando que no se le quedara nada olvidado antes de dirigirse a su hogar. Tenía la necesidad de llegar a su casa y dormir toda la tarde, los horarios habían sido extensos y las clases demasiado aburridas y pesadas para su día.

Suspiró pesadamente mientras arreglaba un mechón rebelde de su cabello y cerraba el casillero. En cuanto se encaminó por los corredores, las miradas de los pocos estudiantes fueron posándose en él, regalando sonrisas traviesas a cada persona que se le cruzaba.

No por nada, Yang Jeongin era el omega más deseado de la universidad.

"No me importa ninguno de ustedes" pensó mientras caminaba por los pasillos. "Ningún alfa se compara a Hwang"

Caminó hasta el salón donde se encontraría Hyunjin, sintió su aroma en la lejanía y no dudó en caminar hasta allí.

Grande fue su sorpresa cuando escuchó gruñidos ahogados saliendo del interior, el olor del alfa aumentó aún más, haciendo que sus piernas temblaran al instante. Pero, el olor de una omega logró sacarlo de su ensoñación, sus colmillos se asomaron y tuvo el impulso de asesinar a la que se hallaba en el interior.

Abriendo la puerta silenciosamente, deseó echar un vistazo en el interior y casi se atraganta con su propia saliva al ver la escena frente al él.

Hyunjin se hallaba de pie en medio del salón, con una omega arrodillada a la altura de su entrepierna, sus manos jalaban con fuerza los cabellos de la chica, obligándola a tomar toda la extensión de su miembro, las venas marcadas en sus brazos, sus gruñidos excitantes y el sudor cayendo por su cuello, hicieron que el menor casi se corriera en sus pantalones.

La vista era sumamente esplendorosa, pero ¿sería mejor si lo probaba por sí mismo?

Los labios de la omega se separaron de su miembro, Hyunjin bombeó su larga y dura erección un par de veces antes de venirse en el rostro de la chica. Un gruñido sonoro se escuchó en la habitación mientras liberaba toda su semilla en la boca contraria.

¿Quién iba a decir que el callado y asocial Hwang Hyunjin iba a ser un semental super dotado?

Jeongin se relamió los labios ante semejante vista, ahora el miembro ajeno se hallaba flácido en su mano, pero la imagen de aquella imponente erección no lo abandonaría ni es sus fantasías. El peliazul se arregló lo más rápido que pudo y haciéndose el desentendido, abrió la puerta sonoramente, asustando a la pareja.

—Oh, lo siento, no sabía que estaba... ocupado. —sonrió internamente ante su actuación mientras observaba al castaño.

—Yang. —fue lo único que dijo el alfa antes de acomodar sus pantalones y ver cómo la omega salía corriendo con vergüenza de la habitación.

—No sabía que te gustaba hacerlo en lugares públicos, Hwang. —sonrió ladinamente mientras se acercaba al mayor.

Hyunjin sólo lo observó acercarse sin decir nada.

—¿Qué dirían los demás si supieran que el callado y, casi, tímido Hyunjin es un demandante y caliente alfa?

—Todos tenemos máscaras, Yang. — instintivamente se acercó al oído del peliazul. — y no soy el único que lo demuestra.

El aroma del alfa llegó a sus fosas nasales de manera exquisita, adoraba su aroma y todo lo que guardaba tras esas sudaderas largas.

—¿Por qué no te quitas la máscara conmigo? —sugirió mientras cruzaba las piernas y lo miraba con una ceja alzada.

Hwang tomó su mochila y empezó a reír.

—Lo lamento, Yang, pero yo no soy como esos estúpidos alfas que van detrás de ti. Por mucha belleza que poseas, no eres el tipo de omega que quiero tener en mi vida.

El rechazo le llegó profundamente, pero no hizo nada para evidenciar que aquello hirió su orgullo. Tomó parte de la sudadera entre sus dedos mientras lo observaba fijamente.

—Caerás, Hyunjin. No puedes resistirse a mí.

—Me gustaría verte intentándolo. —tomó sus manos y las apartó de su ropa, alejándose del omega completamente. — tal vez cuando sepas lo que en verdad busco, pueda darte una oportunidad.

Sin más, cerró la puerta tras de sí y dejó al omega solo.

Jeongin, muy al contrario de sentirse triste, se sintió sumamente ignorado. No iba a dejar escapar al guapo alfa, tenía la ventaja de que sus familias fuesen amigas y no iba a dudar en usar aquello a su favor. Sonrió para sí mismo antes de caminar a la entrada.

—Lo que quiero, lo obtengo, Hyunjin... y tú no serás la excepción.

I want it, I got it ❁ HyunInWhere stories live. Discover now