♡ : CAPÍTULO VIII

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Jeongin posicionó ambas manos sobre la puerta, su labio inferior siendo apresado fuertemente por sus dientes, evadiendo la intensa necesidad de gemir alto ante tanta sobre estimulación. Tras él, Hyunjin arremetía con fuerza en su entrada, sus manos totalmente aferradas a la cintura del omega, colocando sus pulgares en ambos hoyuelos sobresalientes en su espalda baja y el intenso deseo de morder aquel acaramelado cuello.

—H-Hyunjin... —gimió su nombre mientras era follado por el alfa, sus embestidas incrementaron aún más, Jeongin cubrió sus labios para no gemir en voz alta y ser descubiertos por alguien.

—¿Te gusta esto, Innie? —mordió el lóbulo de su oreja mientras susurraba aquellas palabras, colocando su mano derecha en la puerta de la habitación, apoyó todo su peso para salir del interior del omega, girarlo y volver a besarlo con pasión. — eres tan caliente...

—Hyunjinnie... —llamó con deseo.

El peliazul enroscó sus piernas en la cadera ajena, siendo levantado con facilidad en el aire y empotrado contra la puerta nuevamente.

—Tenemos poco tiempo antes de que el conserje regrese y nos descubra, bebé. —el castaño sonrió, un brillo travieso apareciendo en sus pupilas. — no creo que te guste ser encontrado en la habitación de limpieza junto a un alfa, ¿o sí?

—Si es contigo, no me importaría, Hyunjinnie. —respondió antes de unir sus labios con el castaño.

Y esos eran los momentos que a Hyunjin, inexplicablemente, comenzaban a gustarle. Habían pasado un par de semanas desde el celo de Jeongin, ambos habían pasado juntos todo lo que duró el celo del omega, sin que sus padres se enteraran de aquello. Por supuesto, cuando volvieron a Busan, ambos jóvenes actuaron como si nada fuera de lo normal hubiese ocurrido.

Cuando sucedía todo lo contrario.

Ambos pasaron más tiempo juntos, ya sea por encuentros íntimos como casuales. Hyunjin iba conociendo al omega poco a poco, su interés había aumentado conforme los días pasaban y la vida del omega era contada. Conocía algunas de sus manías, sus hábitos, sus gustos y disgustos. Empezaba a querer cada faceta de Jeongin, aunque a veces discutieran por los diferentes que eran.

—Ahhhhg, Hyunjin... —se aferró a la espalda del alfa todo lo que pudo, sus uñas trazando heridas en su espalda y su cuerpo recibiendo cada embestida del castaño. — e-eres tan grande... tan perfecto...

Hwang fue más rápido y más duro, sus lenguas se unieron conforme las embestidas continuaron y el sudor perlaba sus frentes. Hyunjin arremetió sin piedad hasta que escuchó el gemido ahogado del omega, adivinando que había llegado a su punto dulce.

El castaño penetró su interior unas veces más antes de que alcanzaran el orgasmo juntos y se corrieran al mismo tiempo.

—M-mierda...

Hyunjin salió del interior de su compañero mientras regulaba su respiración. El omega se hallaba aferrado a su cuerpo, tratando de calmar sus rápidos e inestables latidos. Cuando sus miradas se conectaron, ambos sonrieron de manera inevitable y se besaron dulcemente.

—Deberías ir al baño y limpiarte adecuadamente. —sugirió el alfa mientras se sacaba el preservativo y lo echaba al tacho de basura más cercano.

—L-lo haré. —respondió el peliazul mientras era colocado en el piso nuevamente, sus piernas temblaron al sentirse débil por el orgasmo, pero Hyunjin lo sujetó contra su cuerpo antes de que pudiera caer. — gracias, Minnie...

Jeongin le sonrió ampliamente, sus ojos en grande y sus manos acariciando los brazos del mayor. Hyunjin se sonrojó ante aquella hermosa sonrisa, últimamente le ocurría lo mismo. Era débil ante sus labios, sus caricias y besos. No entendía la razón, pero sabía qué el omega estaba entrando en su corazón poco a poco.

I want it, I got it ❁ HyunInWhere stories live. Discover now