Cap 7

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Miel Vogrincic.

Dormí relativamente MAL.
Las posiciones fueron las siguientes:
Juani a los pies de la cama junto con Malena, por ende no me podía estirar del todo, Matías a mi derecha y Felipe a mi izquierda.

Nuevamente tenía mucho calor, yo le estaba haciendo cucharita a Matías y Felipe a mí.
Solté a Matías y él agarró mi brazo haciendo que lo abrace de nuevo.

—No me soltés, tengo frío—

—¿Sos boludo?, ¿Cómo vas a tener frío?, estás enfermo Matías—

Me levanté como Pude y Felipe lo abrazó dormido. Al ver que no estaba Juani me preocupé y comencé a caminar hacia afuera, pero tropecé y me caí al suelo.

—Tené cuidado, Miel— Juani se quejó mientras se acomodaba.

—¿Que haces durmiendo en el suelo?— me senté despacio acariciándome las rodillas por el golpe.

—Estaba incómodo—

—¿Me haces un lado?...—

Juani abrió los brazos y sonreí.

>>>

—Tengo miedo de cagarla— Matías me estaba hablando de sus sentimientos y no lo hace muy seguido así que me senté rápido frente a él y me dispuse a prestarle atención.

—¿Cagarla en qué?—

—Cagarla con Malena, la amo en serio, pasé mucho tiempo sin sentirme bien hasta que llegó ella— Se acomodó a mi lado y continuó —Me da miedo algún día mandarme una cagada y que ya no me quiera más—

—Mat...—

—No— me interrumpió —Ya sé lo que pensas, pero no me conoces, a veces soy un hijo de puta con la gente que amo— negó con la cabeza y tomó una postura menos sería —Perdón, seguro vos tenés mil cosas en la cabeza y viene un chabón a hablarte de su vida— Rió negando con la cabeza.

—No digas pavadas, Peti. ¿Querés que hagamos algo para que te distraigas?—

—De eso te quería hablar, Agus Pardella hará una joda en su casa y estamos invitados, ¿Vamos?

—¿Nosotros cinco?—

—Si, boluda, avisemosle a los demás—

Asentí dudando y fuimos por los chicos.

Después de unas horas llegamos a lo de Agustín, había mucha gente, era una joda sin mucho control, cada uno estaba en la suya, estaban todos locos pero lo maravilloso es que a nadie parecía importarle, así que tampoco le tomé importancia y me dediqué a pasarlo bien.

Con Juani nos tomamos hasta los jarabes del abuelo, y eso que ambos somos muy sensibles del estómago. Pipe no dejaba de chamuyarse a una que otra mina, o eso es lo que parecía; por alguna razón eso causaba un cosquilleo desagradable en mi panza. Por otro lado,  Malena y Matías se desaparecieron por ahí.
La noche fue fantástica, los cinco nos unimos más que nunca.

Cuando no pude más de sueño, me acerqué a Agus, quien era el dueño de casa y nos indicaría dónde dormir. Me guío hacia una habitación, la cual estaba apartada de la gente y el ruido. Paz.

—Acá dormirán ustedes, vos tranquila que solo serán los cinco— Dejó un beso sobre mi pomulo y se fue mientras bailaba la canción de fondo.

Mami please, deja ese orgullo
Que yo se que nada de esto es tuyo♪

Al entrar, lo primero que ví fueron dos camas; una king y otra de una plaza.
En la más grande estaba Juani abrazado de Matías quien le estaba haciendo cucharita a Malena. No me aguanté y les tomé una foto para luego arroparlos.

Miré hacia los lados y sobre un sillón estaban nuestras cosas, pensé que Pipe quizá no vendría a dormir con nosotros así que me acosté en la cama lo más estirada que pude, casi ocupaba todo el lugar. Me dormí rápidamente.

No pasaron ni tres horas y mis ojos se abrieron instintivamente al sentir unas manos frías tocarme la espalda, me voltee de mal humor y fruncí el ceño al ver que Felipe se estaba intentando acostar a mi lado, estaba completamente ebrio.

—¿Qué hora es?— Susurré desorientada.

—Shhh, Dame un lado, Miel, dale—

Sin poder ubicarme en el espacio y tiempo, le di un lado. Estábamos muy pegados el uno al otro, ya que, la cama no era lo suficientemente grande para que hubieran dos personas. Mi oreja estaba en su pecho y podía sentir como su corazón latía rápido.

—Estás helado— Lo abracé como si mi calor fuera suficiente para traspasarlo a él. Me abrazó metiendo sus frías manos debajo de mi remera para calentarlas con mi espalda. Casi cubría toda mi espalda con sus manos.
Obviamente lo putee en todos los idiomas existentes, aún así, no quitó sus manos y yo me acostumbré a su frío.

Después de varios empujones y piñas voladoras, por fin logramos acomodarnos y dormir.

>>>

—La cama es muy pequeña—
La voz ronca de Pipe en mi cuello me despertó.

Abrí los ojos de mala manera y me voltee. Quedamos frente a frente así que aproveché de escanearlo con la mirada.

—¿En serio?—

—Es pequeña— Me miró asintiendo confundido mientras se rascaba el pecho.

—No me refiero a eso— Le puse una mano fría sobre su pecho descubierto y reí al ver cómo se retorcía.

—¡Estás helada, boluda!—

—¡Y vos sin remera, enfermo!—

—Me dió calor en la noche, pero ahora tengo frío otra vez— Me miró enojado.

—Shhh— Malena nos tiró un cojín.

—Cerrá el orto, Miel— Matías tiró otro cojín.

—Es Pipe— Juani me defendió y siguió durmiendo junto a los chicos.

—Callate, Juan— Matías lo empujó levemente.

—Casi me tiras de la cama, estúpido. Quédate quieto, hermano—

—¡Basta chicos!— Malena se quejó.

El parcito de pelotudos se comenzaron a pelear entre ellos hasta que Malena se paró y se acostó en el sillón.

Con Pipe nos miramos divertidos y comenzamos a reír.

Por un momento me quedé mirando con Pipe, la forma de sus labios me distrajeron y me quedé pensando que quizá se chapó a alguna. Suspiré.

—¿Que?— Me miró sacándome de mis pensamientos.

—Nada...— Puse lentamente una mano sobre su mejilla y al sentir como él me abrazaba sonreí chiquito —Te quiero, ¿Sabes?—

—¿Si?— Me sonrió

—Obvio— levanté la mirada y le acomodé el pelo.

—Yo también— Cortamos pequeña distancia que quedaba entre nosotros y nos acurrucamos así. Al rato después, con muchos mimitos entremedio, los dos caímos muertos y nos dormimos toda la tarde.

[...]

Hasta acá este capítulo 🤍
Muchas gracias por leer, tu voto es muy importante para mí  ✨

Subiré más capitulos a lo largo de la noche. Espéreme ❤️

Vení conmigo || Felipe Otaño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora