Capitulo 29 /prt2

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Miel Vogrincic

Que ganas de una hamburguesa... No cualquiera, sino una del Mac.

Pensé terminando de planchar mi cabello, estaba muy antojada de comida chatarra.

Me estaba terminando de arreglar para salir con Pipe cuando siento que tocan mi puerta.

—Pase— Dije sin pensar.

—Permiso— Simón entró a mi habitación, la de Juani realmente, y se sorprendió al verme preparada para salir —Te traje un remedio perfecto para la digestión...—

Escuché la voz de Simón y cerré los ojos un momento, respiré profundo y sonreí haciéndome la boluda de todo —¿Que digestión?— no entendía nada.

—No tenés que sentir vergüenza, Matías me dijo que no saldrías porque tenés diarrea—

Nunca más le pido al tío Mati que resuelva. ¿Dónde me meto toda esta vergüenza que siento?

—Ah...ahhh... Si, gracias— agarré la pastilla y sonreí —Gracias— negué con la cabeza.

—¿Vos te estás arreglando para salir?— me miró con una carita que no puedo explicar, me rompió el corazón.

—Sí... Con vos, no?—

Padre nuestro que estás en el cielo...

—No, no— negó con la cabeza —Vos te sentís mal, no haré que salgas si no querés, lo dejamos para mañana—

—¿En serio?— hice un puchero —No te quiero dejar plantado...—

—En serio, mañana cuando estés bien de la pancita vemos que hacemos—

—Ayy gracias, Simón en serio— comencé a quitarme los aros.

—De nada, descansa— se acercó a mi y besó mi mejilla.

—Descansa— sonreí.

A penas Simón salió de la habitación volví a ponerme los aros.

Nunca había sentido tanta adrenalina en mi vida, más encima es una boludez.

Agarré mi bolso y salí minuciosamente de la habitación, eran las 9:59PM y Pipe me había pedido ser puntual.

Sin hacer ruido llegué al auto, fuí tan silenciosa que Pipe no se percató que subí, estaba con auriculares mirando el celular.

—Felipe— Le toqué el hombro.

—¡AH!— Pude ver cómo su alma salía y volvía a entrar a su cuerpo —Me re asusté, la puta madre— se puso una mano en el pecho.

Comencé a reír a carcajadas.

—No vuelvas a hacer eso— negó con la cabeza y luego sonrió —Basta, no es gracioso—

Negué con la cabeza aún riendo, su cara de susto estaba en bucle en mi mente.

Pipe me miró y comenzó a reír junto conmigo. Dejé de reír en cuanto encendió el auto y comenzó a conducir.

—¿A dónde vamos?—

—Al autoMAC— me miró y volvió la vista al frente —¿Te parece?—

Este hombre me lee la mente.

—Sí— Le sonreí y encendí la radio—Me voy a conectar al Bluetooth—

—Pone ysy a— Me sonrió

—No— negué con la cabeza y puse TINI.

Si te acercas así sabes lo que siento, nunca diré que si en el primer intento— Pipe comenzó a cantar concentrado mientras mirababa al frente.

Vení conmigo || Felipe Otaño Where stories live. Discover now