Capitulo 7 /prt.2

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Felipe Gonzáles Otaño

Lo admito, estoy muy celoso... Miel es mi novia y Simón uno de mis mejores amigos Pero de todas formas siento algo muy feo en la panza cada vez que los veo juntos. No es como ver a Miel con Matías, duermen juntos a veces y me chupa un huevo, esos dos son hermanos... Pero Miel y Simón no se ven como hermanos, es obvio.

Intenté dormir mucho tiempo pero simplemente no podía, me dolía la panza y el pecho se me apretaba al pensar que fueron juntos a pasear a Nuestro hijo... Odio sentirme así, hasta siento lejano a mi amigo.

Unas manitos miniatura me sacaron de mis pensamientos, estaban frías sobre mi brazo.

—Pipe...—

No quería hablar con ella ahora, Pero tampoco quería ignorarla, eso sería violentarla y es lo último que quiero hacer.

—Ahora no—

—Bien...—

Miel se acostó atrás mío y me abrazó de todas formas.

—Pero me quedaré acá—

No me corrí de su abrazo porque no soy un pelotudo, pero tampoco se lo correspondí.

Miel es petit, no me gusta esa palabra pero la define. Es toda chiquita en contextura y estatura, eso me da mucha ternura, porque cuando intenta hacerme cucharita a mi que soy un tipo denominado "grandote", sus  brazos quedan cortos, no alcanza a rodearme.

No fui cruel y me voltee.

Quedamos frente a Frente y ella sonrió con ternura para luego acariciarme la cara.

—Volteate— Ordené.

—Ay Pipe... Dame un beso por lo menos o invítame un café, un mate— Miel me sonrió —Que se yo, una intro... No sé—

Tenía muchas ganas de reír con la estupidez que dijo pero no lo haría. Sostuve como pude mi postura, esperé a que voltease y la abracé fuertecito para por fin poder dormir.

>>>

—¡María Belén!— El grito de Matías me despertó y calculo que a toda la casa también.

—¿Quien fue el pelotudo?— Miel se estiró recién despertando y se acurrucó para seguir durmiendo.

—No dale, vayamos a ver... Fue Matías— La miré preocupado y nos paramos de la cama para luego salir del cuarto.

—¿Que pasa, boludo?, son las 12 del medio día, media pila... Es re temprano aún, hay que dormir— Miel se pasó una mano por los ojos.

Los demás chicos también habían salido de sus habitaciones.

—¡Tu perro de mierda me rompió la camiseta de Boca!—

Todos comenzamos a reír.

—¿¡Les parece gracioso!?— Matías nos miró y caminó hecho  furia por las escaleras —¡La concha de tu madre, Miel!—

—Euuu, la boquita— Negué con la cabeza.

—¡No hay boquita!— Matías volvió a subir las escaleras —¿¡Sabes por qué!?, ¡Porque tú caniche hizo mierda pero mierda a boca!—

—Para, gato... Estás re sacado amigo— Juani lo miró.

—Malena, se te escapó el nene del kinder, anda a fijarte— Simón volvió a entrar en su cuarto.

Miel se quedó mirando al de ojitos verdes, lo que causó automáticamente un mal estar en mi panza.

—Yo me voy— Miel se mordió el labio y volvió a entrar a la pieza.

Vení conmigo || Felipe Otaño Where stories live. Discover now