Cap 17

4.9K 372 143
                                    

Miel Vogrincic.

Entré al cuarto mientras me quitaba la toalla de la cabeza.
Con Felipe habíamos tenido una gran conversación en la cual admití que me pasaban cosas con él.

—Miel— Pipe pronunció mi nombre mientras se acercaba a mí.

—¿Que haces vestido?, es tarde y tengo frío. Abrazame para dormir—  comencé a cepillarme el pelo.

—¿Querés que salgamos?—

—¿Ahora?—

—Si, dale vamos—

—Pero ya me puse la pijama...—

—Dejá— negó con la cabeza mientras se sentaba en la cama y comenzaba a desabrochar los cordones de las zapatillas.

Lo miré un momento y negué con la cabeza —Te estaba jodiendo. Me abrigo y salimos— Me agaché frente a él y comencé a atar sus cordones, una vez listos levanté la cabeza y lo miré con una sonrisa —No demoro—

Me vesti con lo primero que encontré, agarramos las llaves y salimos en el auto.

—¿A dónde vamos?— Le sonreí

—¿A dónde querés ir?—

—¿No tenías un lugar planeado?— Quité la sonrisa.

—No, no sé boluda, no entiendo estas cosas—

—¿Que cosas?— lo miré.

—Nada, es un decir— Negó con la cabeza.

—Vayamos a puerto madero— Sugerí

—¿Hasta allá?—

—Hay un muelle re lindo dónde te podés estacionar—

Pipe condujo hasta Puerto Madero, en el camino íbamos cantando todas las canciones de Soda Estereo.

—No quiero soñar mil veces las mismas cosas, ni contemplarlas sabiamente... quiero que me trates suavemente— Le sonreí cantando

—Eu cantas re bien— Me miró sorprendido.

Negué con la cabeza y una vez que llegamos me quité el cinturón de seguridad.

—Vení— Felipe se bajó del auto y se apoyó en el borde del muelle apreciando la vista.

Yo rápidamente copié su acto y me paré frente a él—¿Por qué querías salir?—

—No quería salir, quería estar a solas con vos... en casa es algo difícil—

No pude evitar ponerme roja como tomate, Felipe podía hacer que mis emociones se dispararan para todos lados.

Pipe pasó su brazo por mi espalda y me acercó a él, yo apoyé mi cabeza en su pecho mientras ponía mis manos en su espalda; podía sentir como su corazón iba tan rápido como el mío.

—Tu corazón está que se sale de su lugar, ¿Te pongo nervioso?— Levanté las cejas una y otra vez.

—No te hagas la canchera porque vos estás roja—

Vení conmigo || Felipe Otaño Where stories live. Discover now