Noche de cita

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Pasó muchas horas intentando encontrar un atuendo ideal para ir al cine junto al tipo más atractivo que pudo haber conocido, nada parecía estar a su altura.

Finalmente y casi sobre la hora acordada, se puso una camisa de hilo blanca y un pantalón pinzado, era lo más elegante que tenía, le había gustado su halago al conocerlo y esperaba repetirlo.

Salió de casa y manejó hasta el cine que él había indicado, dónde conseguía entradas gratis.
Llegó y lo esperó algunos minutos hasta que lo vio llegar, luego de estacionar su auto muy cerca suyo.
le costó mucho ocultar la sonrisa al verlo acercarse, siempre tan casual y tan tranquilo, tan profundamente lindo que le avergonzaba de mis propios pensamientos.

Se saludaron y entraron; le pidió que espere un momento mientras él hablaba con la persona que le daba tickets gratis, o eso le había dicho.

Sin embargo, el tiempo pasaba y él parecía estar discutiendo con la chica de la ventanilla, asi que Esteban se acercó con discreción para ver si estaba bien.

-dale, por favor-le escuchó decir. se había sacado el saco y lo tenía enrollado en su brazo izquierdo

-Fran, ya te dije que no, me van a despedir

-realmente necesito esto

-la respuesta sigue siendo no

-hola, no sabía donde esperar...-susurró él para que solo pueda escucharlo Fran, aunque no fue así, la chica, que llevaba el uniforme impecable y un peinado muy moderno para la época, le miró

-ah, la necesidad-dijo, guiñandole un ojo a él

-cállate ..¿entonces si?

-soy Ana ,amiga de Francisco-dijo ignorandolo, estirandole una mano a Esteban que no tardó en tomar y besar- ¿vos?

-soy Esteban-le dijo sonrojandose, sentía que ellos sabían algo que él no

Como si el hecho de que haya ido con Esteban fuese suficiente para ella, le dio los tickets.

Entraron juntos a la sala luego de comprar un balde de pochoclos y tomaron asientos, dejando uno libre entre ambos.

-voy a dejarlos acá-dijo apoyando el balde en el asiento

-bien

La película era tediosa y larga, sin nombrar que los subtítulos estaban mal.
pero en realidad a Esteban no le importaba, pasó esas horas mirandolo discretamente, lo vio arremangando su camisa, llevando puñados de pochoclos a su boca, apoyando su rostro sobre una mano cuando el tedio se volvió inevitable.
le gustaba mucho, tanto que tenía que luchar con eso para no levantar sospechas.

Salieron a la calle en cuanto la película terminó.
era de noche pero el aire era aún muy pesado.

-¿tenes auto?-preguntó Fran sin mirarlo, encendiendo un cigarrillo

-si

-te doy la dirección de mi casa, tenés que entrar por atrás- Esteban supuso que notó la duda en sus ojos, porque se apuró en aclarar-solo quiero hablar y conocerte mejor

-¿con quién vivis?-preguntó él inquieto, quería decirle que si, pero le asustaba

-solo

Le dijo que estaba bien, le indicó como llegar y cada uno fue por su auto.

●●●

Llegaron a su casa por separado.
Esteban estacionó el auto a un par de calles y completó las restantes a pie, viendo que se trataba de un vecindario bastante caro.
tal como él le había pedido, entró por detrás y abrío desde el patio, encontrandose con una enorme casa de estilo italiano,muy elegante, demasiado, de hecho.

-¿en serio vivís solo?-preguntó. él ya había llegado y dejaba el saco en un sofá mientras servía dos copas con un líquido que no distinguió

-si, ¿porque?

-parece muy grande, es raro estar solo en un lugar así

-la heredé, me la dejó mi abuela, como verás tenía un gusto terrible

-es...mucho, pero linda-dijo genuinamente. le gustaba el estilo, cargado y saturado, lleno de vida

Se sentaron en el sofá luego de que él dejara su saco en otra parte, y bebieron en silencio.

-es fuerte...-murmuró sintiendo como aquél licor le quemaba la garganta. era muy rico, muy caro y muy poderoso

-bastante-respondió sonriendo. le echó una leve mirada y se centró en su pecho-me gusta tu camisa, parece elegante

-gracias-dijo. estaba contento, después de todo, se había esforzado para que lo note

-y...¿trabajas hace mucho en el correo?-preguntó al cabo de unos minutos. hubo muchos silencios incómodos esa noche

-poco menos de un año

-¿y te gusta?

-no me quejo...

-¿sos casado?-preguntó de pronto, tomando su mano para encontrar un anillo o tal vez la marca de uno

-no...no estaría acá ¿no?

-te sorprenderías, hay muchos imbéciles

él dejó su mano rápidamente, sin embargo, su mano en la suyo resultó quemar aún más que el licor

-¿y como...haces? con tu familia, digo

-viven muy lejos y no los he visto por años, no preguntan y no les digo

asintió, y terminó su copa.
Esteban iba a preguntar por su familia,cuándo se puso de pie

-¿te gustaría comer algo?

-debería irme, en realidad-dijo poniendose de pie también

-podrías dormir acá, es un poco tarde...

-no debería-se miraron durante unos segundos hasta que él bajó la vista-es bastante agotador esto, vivir en un constante...secreto

-no sé, es lo que es ¿no?

-¿traes a muchos hombres a tu casa?-fue como si aquella preguntara hubiese saltado sola de sus labios

-a ninguno, nunca, jamás

-¿jamás?

-jamás

-¿por que a mi si?

-no pareces peligroso, ni policía-dijo sonriendo, haciendo que él lo hiciera también-y tenía muchas ganas de conocerte-agregó apoyando una mano en uno de sus hombros-¿te asusté? cuando nos conocimos

-si. pero me hubiese asustado de todas formas, hicieras lo que hicieras

-pobrecito-dijo subiendo su mano hasta su oreja, acariciandola-parecías un perrito mojado...todavia pareces

-tal vez lo sea-dijo luchando por no cerrar los ojos, su caricia le relajaba

-¿te pongo collar?

empujó su mano haciendolo reír, tenía una risa absolutamente contagiosa

-debería irme-repitió. no quería irse, pero no se podía quedar

-bien

caminaron hasta la puerta del patio y él la abrió.
iba saliendo cuándo Esteban volteó a mirarlo

-me...me gustó,hoy,quiero decir

-a mi también-dijo sonriendo

Se miraron un rato y él se debatió.
podía irse, y haber tenido una buena noche.
o podía mejorarla.

-¿puedo...-preguntó deteniendose, rogando porque él le entienda

-por favor-dijo tomando uno de sus tiradores, atrayendolo hasta él.

Entraron; cerraron la puerta y él le acorralo entre ella y su cuerpo.
subió sus manos hasta su rostro y mientras Esteban lo abrazaba por la cintura, se besaron por primera vez.

1950: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora